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Mostrando entradas de agosto, 2014
La niebla en San Blas Perro, Mike, cuéntame esa historia de la niebla en el puerto No había niebla y la historia trata de un coquero, hombre sencillo y afortunado. Tenía un carrito de cocos, vendía el agua y la carne con limón y chile en bolsas de plástico. ¿Pero la niebla, Mike, no decías que todo estaba cubierto de niebla? No. Era tarde soleada. Antes, déjame te digo en qué consistía su fortuna. Su dicha era su mujer. La más bella de San Blas. Nos tenía embrujados. Estaba que se caía de buena. Todo sucedía en una cantina, jodida como esta, con piso de tierra, mesas de Cerveza Corona, y una sinfonola mosqueada que tocaba todas las de José Alfredo- ¿Pero la niebla, Mike, no me contaste que apenas podían verse las caras? No. Espérate. La mujer era el deseo de todos, sí, pero nos lo callábamos, digo, por un elemental respeto al coquero, que era compa. Todos, menos el hijo de un fulano que ahora es diputado. Ese cabroncito alardeaba todo el tiempo, de
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Después de tres años de vivir en Los Angeles ¡por fin tengo un estudio! Vivía con libros en la "sala" el "comedor" la recámara y bueno, como la cocina era un área común me costaba trabajo invadirla también con mis notas y mis libros. Escribía en el comedor porque los dos escritorios de la sala estaban atiborrados de libros y papeles. Hoy, por accidente, porque ni lo había planeado (tal vez nunca lo hubiera planeado) tengo estudio por dos meses antes de dejar Los Angeles para jugar a las artes en otro lugar. Pero no sólo tengo estudio: ¡tengo soledad! así que me dispuse alegremente a trabajar en mi Hermes Rocket para darme cuenta que las teclas se pegan al rodillo ¡Pero si le acababa de dar mantenimiento completo! pensé, oh, no, eso fue hace cuatro años, cuando la usaba regularmente.    Tanto tiempo sin tener un estudio. Casi cuatro años, wow. Pero bueno, hay recompensas por esos años de asinamiento: conozco mejor mi mente y sus reacciones cuando la escritura
Yo sabía que hoy tendría algo que celebrar. Ustedes saben que los premios en estos tiempos no significan, pero hay algunos que dan gusto. Como el American Book Award que acaba de ganar Heriberto Yépez junto a Gerom Rothenberg. Da gusto que un escitor mexicano, norteño, de mi generación y que cuya virtud (como aguja en un pajar) es no ser corrupto, obtenga uno de esos papelillos que funcionan en la matrix para que, quien lo recibe, se cargue de una identidad de truinfador un poco más intensa, más profunda... o si no alcanza a sentirse triunfante, por lo menos durante un año de veras creerá que nació para esos momentos en que se siente un escritor al 100% ¡viva!
Los demonios estaban de vacaciones e, inocentes como pueden ser los lobos y las ositas, los nuestros llegaron a la conclusión de que habían vencido esa fuerzas del mal.           Ah, amigo lector, jamás hay que cantar victoria, por lo menos en alta voz (pues los demonios, secreto que tenemos el deber de revelar a ti por tu gran paciencia, son extremadamente vanidosos y no demasiado inteligentes; si no dices en alta voz que los has derrotado, se contentarán con lo que consideran una política eficaz de hostigamiento, justamente cuando sus tácticas han perdido ya toda importancia a tus ojos. Pero si proclamas que han cesado de impresionarte, ten cuidado: esos seres que procuran sobre todo mantener las apariencias, se ofenden y la rabia que los domina los incita con frecuencia a llamar en su auxilio a toda una cohorte de demonios más poderosos que ellos y de los que pueden disponer llegado el caso a pesar de su pequeñez irrisoria). Esa norma habría de evitarnos más tarde, cuando compre
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Sí, sé que no soy esa clase de belleza pero qué tal la sistemática selfie por la mañana en la cocina, y mis lentes de Cathy la Oruga. ¡Me encanto!
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Uno de mis libros favoritos sobre los favoritos (lo he comprado ya como tres veces ¡me lo roban!): Los Autonáutas de la cosmopista, de Julio Cortazar y Carol Dunlop. Yum-yum
"Le pedí tan poco a la vida y hasta ese poco la vida me negó. Una hebra de sol, el campo, un poco de paz con un poco de pan, que no me pese mucho el saber que existo, y no exigir nada a nadie, ni que nadie exija nada de mí. Todo esto me fue negado como quien niega una limosna no por falta de bondad, sino por no tener que desabrocharse el abrigo para darla."                                                                                            Fernando Soares
El cumpleaños es uno de nuestros primeros condicionamientos ata nuestra percepción a una cantidad, a un número, a un juicio. Ups, algo me está pasando en este país. El otro día toqué a un mesero porque se me olvidó que en este pais no se toca a las otras personas, no tuve ningún problema con el mesero, por su puesto... creo que era chino, y en china son los padres del buen masaje, pero tuve problemas conmigo: me sentí mal por tocar a otra persona. ¡Viva! El condicionamiento funciona. Hay personas que se sienten mal si tienen que responder una llamada telefóncia en medio de una cena, o dentro de un restaurante. Yo opté por dejar mi celular en casa cada vez que salgo, incluso cuando voy al supermecardo. Mi teléfono celular se ha convertido en un teléfono fijo. Antes no nos pasaba nada cuando no teníamos celular, salíamos y regresábamos para preguntar quién nos llamó o, si no había a quién preguntarle, entonces regresábamos a checar la máquina contestadora. ¿Qué nos pasa con las ca
aquí (véanlo sin audio):
aquí:
¿Todavía les da vergüenza hablar solos? Bueno, una de las restricciones que nos impiden desarrollar nuestra creatividad es precisamente la percepción del soliloquio como un tabú, como puente hacia la locura. El miedo a la locura es el más efectivo represor contemporáneo. Recuerdo que trabajaba en la librería de un amigo cuando me dieron por primera vez el consejo de no "hablar sola". Estaba regando las plantas y es que, el soliloquio para mí es algo tan natural y como he tenido millones de conversaciones conmigo a lo largo de toda la vida, no recuerdo exactamente qué me platicaba cuando entró Rubén y me dijo "estás hablando sola". Asentí y le pregunté si eso tenía algo de malo (yo era muy joven en ese entonces). Creo que Rubén reflexionó y me dijo que no tenía nada de malo pero que los demás no lo veían bien. Entonces comencé a reprimir mis soliloquios ¡afortunadamente! No es que dejara yo de hablar con las plantas (o con mi plantita interior), es que dejé de h
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hola:
Ay, por favor. Ya dejen de decir que Jesús Gardea es el mejor escritor mexicano olvidado. Porque para empezar no está olvidado, y para terminar de nada sirven esos lamentos de cobija institucional arrastrada (con esperanzas de ir ganando silla). Hay que leerlo y punto. Leerlo es un reto, no cualquiera puede terminar de leer, por ejemplo "El agua de las esferas" o "El diablo en el ojo" (yo no he leído la segunda, y la primera me costó 10 años de visitarla y abandonarla, con serenidad y paciencia, hasta que un amigo me entregó la clave: léela como una experiencia). Afirmaciones como "fue un dentista que un día volvió a su pueblo" no dicen nada de la importancia de Gardea como narrador. Vamos, línea a línea (si es que lo han leído) cuéntennos. Porque incluso algunos de sus mejores amigos no ha podido con "Juegan los comensales" ¿Qué pasaba con el lenguaje de Gardea? ¿A dónde iba? Tampoco creo que sirva de mucho decir "debió haber hecho esto o
"La prueba de que estoy recuperando mi salud mental es que cada minuto que pasa me vuelvo más permisiva: me permito más libertad y más experiencias. Y acepto el azar. Anhelo lo que aún no he experimentado. Mayor espacio psíquico. Estoy felizmente más loca. Y mi ignorancia aumenta. La diferencia entre el loco y el cuerdo es que el cuerdo no dice ni hace las cosas que piensa. ¿Me cogerá la policía? ¿Me cogerá porque existo? Se paga con la prisión la vida: palabra bonita, orgánica, mañosa, pleonástica, espermática, duróbila."                                                                        Clarice Lispector
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Estuve trabajando hoy y me preguntaba ¿cómo comparto el fragmento de Estructura que apareció en Alemania y en Bilbao? ya sé cómo, con este link del texto que subí a issui:  ESTRUCTURA  (fue muy divertido, hasta le hice su portadita.... No, no está la versión en alemán, por favor, no me la pidan... no tengo esos derechos). Paz y amorts.
Te pregunto: ¿Quién es ella? Tú dices: Ella tiene tantos yoes que ni yo mismo la conozco. Ella y no ella. Ella y su personaje, cuando aparecen juntas en un poema, que bebe en muchas fuentes, buscando la satisfacción de lo que no puede ser satisfecho, movidas por el llamado que nos abruma sin darnos cuenta de que ella no llega todavía, y por la renovada sed junto a la primavera. Ella y no ella; ella está presente y ausente; es como si su presencia sostuviera mi ausencia, y su ausencia cargara la presencia de los detalles. Pero ella se mueve con tantos nombres que es imposible saber si ella es ella, o una mujer que mi imaginación y deseo mercurial han inventado. Pero parace que ella es una invención, porque yo nunca confundo los nombres. Nunca llamo a otra por su nombre, su nombre que he olvidado porque lo usé muy raramente.  Mahmoud Darwish
Albert Balasch (Barcelona,1971) y Tía Zanoguera  (ignoro)
Insomnio, los síntomas del libro se agudizan (esto parace un chiste). Desde la puerta de mi recámara abierta, pude ver cómo entraba la luz de la mañana hacia la sala, iluminando el librero, una silla, la madera del piso. Desde esa perspectiva horizontal, desde mi cama, fue como contemplar una inundación de la memoria. Una aparición. Una inundación de luz que a esta hora de la tarde se ha ido, restando la fuerza de la belleza en cada cosa. ¿Te engañé, Abismo?
Y así es como cambio mis posts a borrador por temor a que algún ser querido se ofenda: me doy pena.
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¡San Lorencito! Ya sé que mis amigos pondrán una veladora allá contigo, de mi parte. Y eit! no le hagan promesas en vano, que se queman.  Ya sabrás tú, San Lorencito qué pasa con mis amigos en Palestina, y qué más va a pasar con esta renuencia mía a ser parte de un mundo que me parece más que pura ilusión y, peor que eso, extravagancia y prepotencia. Amén.
No tengo ambiciones ni deseos Ser poeta no es una ambición mía Es mi única manera de estar solito. Y si deseo a veces por imaginar. ser un corderito (o ser el rebaño entero para andar esparcido por toda la colina y ser mucha cosa feliz al mismo tiempo) es sólo lo que siento cuando escribo a la puesta de sol, o cuando una nube pasa la mano sobre la luz y el silencio correr sobre toda la hierba. [...] Saludo a cuantos lean alzando el sombrero ancho cuando me ven en la puerta apenas la carreta asoma sobre el otero. Los saludos y les deseo sol y lluvia, cuando la lluvia es justa, Y que en sus casa tengan al pie de una ventana abierta una silla preferida donde se sienten a leer mis versos. Y que al leer mis versos piensen que soy una cosa natural: como árbol antigüo a la sombra del que, cuando niños, se sentaban de golpe, cansados de jugar y se limpianban el sudor con la manga del babero rasgado. (Alberto Caerio)
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Esta foto es extraña, pero me gusta. María Auxiladora y yo. Septiembre, 2010.
al descampado y ahora: Tendrás que SONREÍR No te queda menos que abrir tus puertas de arriba Airear las arcadas Balancear los aleros y ahora Tendrás que ingresar de caballos en el viento o sonar a la par del agua corriendo y ahora pues No te queda menos que liberar Esa pequeña porción de tus huesos que sólo sobrevive al descampado Y entrenarla Afuera (tal vez a tu despecho) porque ella deberá enfrentar una Aireada Exposición Eternamente (María Auxiliadora Álvarez. Caracas, Venezuela. 1956)
The underground city of Gaza Por Amir Nizar Zuabi   Diez años y siete operativos después, la misión está completa. La superficie de Gaza está totalmente abandonada. Todo Gaza se ha mudado bajo tierra. Hombres, mujeres y niños, una gran masa de personas. Cavamos barrios enteros, calles, autopistas, escuelas, cines, hospitales. Cavamos reflejos idénticos de la vida que abandonamos arriba. Nos rendimos en el sueño de salir de la Franja de Gaza. En las promesas de levantar los bloqueos, para encontrar una solución al amontonamiento y a la hambruna y tomamos acción. Nosotros, quienes fuimos atacados por cielo, por mar, por los campos, que tuvimos una tonelada de bombas arrojadas sobre nuestras cabezas en secuencias sin sentido para asesinar, hemos dado la espalda a la vida. Nosotros, a los que olvidó el mundo, decidimos revirar con ternura, y olvidarlo de vuelta.. Desapareciendo del mundo, del miedo, de la sangre, el único refugio que nos queda es la tierra. Nos enterraremo
ODA AL ÁTOMO Pequeñísima /estrella, / parecías / para siempre / enterrada / en el metal: oculto, / tu diabólico  fuego. /Un día/ golpearon /en la puerta /minúscula: /era el hombre. / Con una gran descarga/ te desencadenaron, /viste el mundo, /saliste /por el día, /recorriste /ciudades,/tu gran fulgor llegaba/ a iluminar las vidas, /eras /una fruta terrible, /de eléctrica hermosura, /venías /a apresurar las llamas del estío, /y entonces /llegó /armado /con anteojos de tigre /y armadura, /con camisa cuadrada, /sulfúricos bigotes, /cola de puerco espín, /llegó el guerrero /y te sedujo: /duerme, /te dijo, /enróllate, /átomo, te pareces /a un dios griego, /a una primaveral /modista de París, /acuéstate /en mi uña, /entra en esta cajita, /y entonces /el guerrero /te guardó en su chaleco /como si fueras sólo /píldora /norteamericana, /y viajó por el mundo /dejándote caer/ en Hiroshima./Despertamos. /La aurora /se había consumido. /Todos los pájaros /cayeron calcinados. /Un olor /de ataúd
...cada nudo brota sin desanudar como cuerda o tallo (André du Bouchet. Trad. del francés Jorge Esquinca)
Cohetes Nunca lo comprenderán aunque sí, aman, y quizá precisamente por eso quieren acercarse cada vez más, mientras que tú las necesitas lejos, más allá de las carreteras, bosques, ríos y ciudades; tendrían que pasar siglos, terminar las grandes guerras, emerger reinos y desintegrarse; la gente tendría que salir de vacaciones en cohetes y regresar bronceada de estrellas, y otras muchas cosas tendrían que suceder -- pero ellas ya, a la mañana siguiente se sientan todas fragantes e íntimas sobre tu escritorio, balancenado sus desnudas piernas con seguridad desde la ropa interior de encajes, y, al apresurarte a tocar esa risueña hermosura, te das cuenta de que nunca lo comprenderán. (Alojz Ihan. Eslovenia, 1961)