No tengo ambiciones ni deseos
Ser poeta no es una ambición mía
Es mi única manera de estar solito.

Y si deseo a veces
por imaginar. ser un corderito
(o ser el rebaño entero
para andar esparcido por toda la colina
y ser mucha cosa feliz al mismo tiempo)
es sólo lo que siento cuando escribo a la puesta de sol,
o cuando una nube pasa la mano sobre la luz
y el silencio correr sobre toda la hierba.

[...]

Saludo a cuantos lean
alzando el sombrero ancho
cuando me ven en la puerta
apenas la carreta asoma sobre el otero.
Los saludos y les deseo sol
y lluvia, cuando la lluvia es justa,
Y que en sus casa tengan
al pie de una ventana abierta
una silla preferida
donde se sienten a leer mis versos.
Y que al leer mis versos piensen
que soy una cosa natural:
como árbol antigüo a la sombra del que, cuando niños,
se sentaban de golpe, cansados de jugar
y se limpianban el sudor con la manga del babero rasgado.

(Alberto Caerio)