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Mostrando entradas de mayo, 2014
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Y bueno. Las estrategias se despliegan. La paz manotea, se defiende. La matan, reaparece un grupo y la resucita utilizando a su vocero como intercambio, comunicándose con la muerte. "Esos, aprendizes de brujo" dijeron cuando mataron dentro de su comunidad autónoma a uno de los suyos que andaba dando clases ahí, desarmado. Se intercambian los nombres, las voces. Todo dentro de mi memoria ¿o dentro de mi conciencia? ¿La conciencia tiene un adentro?  Anyway . En mi conciencia creo, en este dentro y fuera, aquí y allá. Tú y yo. Patria y destierro.  A todos los que hablamos con la conciencia se nos facilita tu discurso. Todos los que hablamos con la conciencia sentimos el manoteo de una paz herida que advierte su levantamiento. "Esos aprendizes de brujo" sigo dándole vueltas a esa frase. Y a Chiapas. Pero también a mí, a mi propio manoteo, al manoteo de mi propio disfraz herido; herido de lenguaje, diría un Uruguayo, herido de muerte sangrando egocentrismo. El e
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¿Qué sigue? " Sólo ven lo pequeño que son, hagamos a alguien tan pequeño como ellos, que a él lo vean y que por él nos vean".  " Porque, compas, una cosa es gritar 'no están solos' y otra, enfrentar sólo con el cuerpo una columna blindada de tropas federales... "
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Radiografía del cerebro de Dolores Dorantes. Escribo aquí para descansar, me gusta recordármelo a mí misma cada vez que siento la necesidad de abrir esta "ventana". Ustedes saben, abrir esta ventana que no es una ventana, para llegar a esta página que no es una página, y escribir algo que, bueno, por lo menos, parece que si reúne las características de ser una escritura: uso palabras y para formar las palabras uso cierto alfabeto and so on . Hay quien ha llamado a mi descanso "promoción" o de forma más precisa "autopromoción". Hace ¿catorce años quizá? que comencé a usar este espacio para venir a descansar, a descansar del lenguaje que se amontona todos los días en mi sistema nervioso, en mi cuerpo, en mis procesos mentales, en "el pensamiento" que le llaman. Me lo recomendó Heriberto Yépez. Quién lo dijera. Ahora es hasta terapéuta (hace catorce años Heriberto actuaba con mucho más inocencia, podríamos adivinar, en fin.). Y vaya, esta il