tu luna Intento concentrarme para terminar de escribir mi currículum para un nuevo trabajo. Necesito enviarlo mañana mismo pero, quiero escribir de todo menos de mi pasado laboral. Al pasado laboral suelen llamarlo "trayectoria" o "experiencia". Sí, tal vez me inspire pensar en la palabra experiencia. Me siento tan bien en el presente que quisiera que sólo me preguntaran ¿sabes hacer este trabajo? para responder sí, y listo. Pero las dimensiones en las que nos movemos los seres humanos pareciera que nos hacen vivir y percibir diferentes mundos, aunque estemos en el mismo lugar, en el mismo momento. Que dos o más personas estén en el mismo tiempo y en el mismo lugar, percibiendo la misma realidad, es difícil. La semana pasada, por ejemplo, decidí comenzar a ver varios videos que se tomaron de "La Marcha por la Vida ", una peregrinación que las madres de mujeres desaparecidas o asesinadas en Ciudad Juárez, realizaron para exigir justicia (otra vez). C...
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Mostrando entradas de enero, 2013
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Qué horror, ser escritor en estas épocas es un infierno. Todo tiene que ver con la fama, la inteligencia, el estatus. ¿Hasta dónde un escritor puede morder y arañar -o apuñalar por la espalda, según sea el caso- para llegar a tener un lugar en el mundillo (artificial) de las letras? En todas partes es lo mismo, en Japón, en España, en Uruguay en México (puaj), en Gringolandia. Todo funcionando como una maquinita perversamente aceitada. Los escritores entran en el juego y sostienen ese sistema de privilegios basados en el "qué dirán" en el "qué dije" en el "qué dijeron de mí, quién lo dijo y dónde lo publico". ¿Repentinamente? ser escritor es un oficio de malabaristas de la farándula. Todos, hasta el más pequeño, inofensivo y carente de vocación o talento cuentan con algo de fama. Y aquel cuyos premios o "reconocimientos", becas, residencias (más que mostrarlo como un vividor) lo sostienen en la cumbre de la aristocracia de las letras, se sien...
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Sólo dejo de pensar que yo le importo al mundo, y ya está- Mi paranoia se fulmina a sí misma. Ese ha sido el mejor consejo que me han dado este mes. Lo he aplicado todas las noches y, varias veces, cuando me llega la notificación de facebook o de Blogger de que alguien intenta cambiar mi contraseña. No debería tomarme tiempo, siquiera, mencionar esto. Pero es domingo (¿o lunes? ¡la ciudad parece un cadáver! ah, claro: día festivo), no quiero gastar dinero para andar en la calle y me prometí a mí misma sentarme aquí, aprovechando el silencio de mi casa y del vecindario para escribir. Cerré mi librería (temporalmente nada más), la reabriré en otro lugar que no sea mi casa, en un momento que espero no sea muy lejano. Tengo trabajo pero no tengo dinero. ¿Noticias nuevas? Sí, pretendo -ahora sí- terminar de leer "El agua de las esferas" de Jesús Gardea. ¿Alguien ha terminado de leer ese libro? ¿Podría escribirme y platicarme, por lo menos, de qué se trata? He intentado leerl...