Me preocupé por no publicar desesperadamente cada libro que creí terminado. Hace quince años apareció mi primer libro que cuidé, y cuidé desde que comencé a escribirlo, veinte años atrás. Aún así a veces pienso que me equivoqué y que me sigo equivocando. Que tal vez debí esperar estos veinte años, y dejar pasar los seis libros que publiqué igual que los otros tantos que decidí echar a la basura. Porque mi perspectiva sobre el lenguaje y los géneros ha cambiado gradual, pero también radicalmente desde que construí ese libro donde los poemas parecen cubos con un círculo musical por dentro (poemas para niños) hasta ahora. Tal vez debí continuar esperando y trabajar todos estos años en algún trabajo escrito en prosa. No sé. No sé realmente de qué pudieron haber servido esos seis libros pero, bueno, ya no está en mis manos ni en mi cabeza valorar esas cosas. Lo que sí veo, en cada uno de mis intentos por lograr algo dentro de la literatura es que, precisamente ese esfuerzo ha desaparecido...
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Mostrando entradas de octubre, 2013
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De acuerdo a la fundación que lleva su nombre, en California, éste es Monte Melkonian en el verano de 1979 (la última vez que visitó los Estados Unidos para su cumpleaños) pidiendo aventón en algún lugar entre San Francisco y Los Ángeles. Su letrero dice: "Anywhere but here" . Para ese entonces Monte llevaba quizá más de un año trabajando con la resistencia armada a favor de Armenia. Poco después de su visita a California, el "Anywhere" de Monte fue Beirut, donde comenzó a operar clandestinamente con el Movimiento Nacional Libanés, a raíz de la masacre perpetrada por miembros de la derecha, contra el pueblo armenio, en septiembre. En mayo de 1980 se unió a ASALA (Armenian Secret Army), un grupo militante armenio que, entre otras cosas atacó a varios diplomáticos turcos en Europa (hay quien los llama terroristas, hay quien los llama Ejercito de Liberación: concretaron unos cuantos asesinatos aislados -a diplomáticos turcos, claro está- y un atentado que ca...
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He estado triste la última semana. Debo admitir. No es la vida, sino los aniversarios. Todavía recuerdo cuando fui representando a Demac a una feria del libro en Guadalajara. Ustedes saben que detesto la Feria del Libro de Guadalajara. En aquella ocasión sólo vi a dos amigos: Laura Solórzano y Jorge Esquinca. Los dos, fuera de la feria. No saben cuánto me alegro de no haber estado de humor para ver a los demás. ¿alguna vez he estado de humor para asistir a una lectura tras otra? (¡mi Dios, por muy amigos que sean, folks, no way. Mi divertimento nunca ha sido el espectáculo de la literatura). Y de haber decidido ir del stand al hotel, del hotel al stand (donde por cierto, no estuve mucho tiempo). Nunca supe cuál fue el fin de Demac para invitarme a esa feria. El día que regresé a mi casa por la noche, después de cinco días en Guadalajara, encontré a una de mis mascotas agonizando. Macu murió esa noche. Pero tampoco es Macu lo que me pone triste. Ni mi casa. Ni siquiera Ciudad Juá...
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"Danos una botella y acabaremos con tu mundo. Préndenos y el fuego correrá como plaga. Llegamos hasta tu oficina. Hasta tu máquina. Llegamos hasta tu silla de maestro. Hasta ese mundo que ya no es el mundo. Donde nada se toca y nos besamos. Unimos nuestros labios de niñas mojadas con algún combustible. Danos un bosque. Danos la presidencia." d.