Tanto tiempo sin venir aquí. Tantos amigos muertos. Tanta indignación. Y la sensación de que el mundo nos va orillando a un control absoluto que conduce al exterminio y para el que no hay salida. Tal vez esas sean las principales razones para no estar en este espacio un poco más de tiempo. 

Justo entro a la página de edición y me encuentro con que todas mis contraseñas han sido "vulneradas". Desde mis correos electrónicos hasta la de este blog. No han de haber encontrado algo muy redituable porque hasta ahora nada se ha modificado en ninguna de mis cuentas. En fin, es la presión de esta otra dimensión en la que el orden global nos ha mandado vivir desde hace poco más de un año: la extorsión de la seguridad... pagar por ella, igual que allá en la tierra.

Apenas hace 2 días estaba en el cine viendo una serie de cortometrajes nominados para los premios Oscar. Los Premios Oscar me importan lo mismo que cualquier otro premio, osea: nada. Pero me interesaba ver cortometrajes, el de Palestina fue uno de mis favoritos. Y una animación francesa también. Hubo un corto gringo que recreaba el miedo constante en que vivimos las minorías debido al Estado Policiaco en este país. Y el constante Deja Vuh de asesinatos a manos de policías estemos donde estemos. Se hizo un intermedio en el cine porque la selección de cortos duraba 3 horas con 40 minutos: había que moverse cuando las cuatro personas que estábamos en la sala a las 3 de la tarde nos dimos cuenta que el volar de helicópteros no era parte de la película. Sino de la película real en la que estamos envueltos. Se había alertado de un tiroteo en el centro comercial donde estábamos y habían comenzado a desalojarlo. Salimos y alcanzamos a ver patrullas, policías y los helicópteros que escuchábamos dentro de la sala.  Había sido una falsa alarma pero, justo antes de salir pude ver estacionadas por lo menos 6 camionetas de la patrulla fronteriza con agentes de migración. ¿Cuál verdad nos estaban contando para sacarnos del lugar? 




Se supo que era una falsa alarma y aparentemente todo mundo quedó conforme y tranquilo. Pero muy pocos se hacen la pregunta de cómo esas "falsas alarmas" violentan la salud mental de quienes tienen que correr a refugiarse por si las dudas

Salimos poco aquí, desde la masacre sucedida en Walmart y desde el exterminio causado por Covid. Y el día que nos decidimos a salir nos persigue un cristiano promocionando el apocalipsis o nos arrojamos pecho tierra por una falsa alarma. No estoy hablando de teorías conspiratorias pero semejantes acontecimientos generan un shock. Mientras leía por las redes sociales que se trataba de un probable tiroteo pensé que en realidad yo ya me puedo ir. No sé. La vida se presenta tan predecible y tan aburrida.  Es tan absurdo empujar la vida sólo para generar el papel suficiente con que pagar la renta. No es que quiera morirme, no me mal entiendan. Sino que a la vida ya se le ve tan clara su estructura, sus hilos, y sus anclas... y la libertad queda tan lejos que pensé mientras estaba en medio del tiroteo ficticio: y bueno, qué más da. Qué más da.

Supongo que esa es la idea. Que uno llegue a ese punto. Que aceptemos la guerra en nuestra contra siendo bien obedientes porque: qué más da. Si soy vegana o me como una vaca entera, o me decido por la ensalada porque no soporto la idea del asesinato de un puerco: qué más da? Torturan al puerco, torturan a los trabajadores del campo. Así que qué más da comer queso o disfrutar de una naranja. Todo parece envenenado ¿no es cierto? Tú y yo, por ejemplo. Comportándonos de acuerdo a la "reglas" sociales. A las clases europeas de civismo. Hablando en inglés o en español. Simulando lo que debe de ser. ¿No es precisamente lo mismo? Para escapar se necesita invertir mucho tiempo... y no hay para comprarlo. Hay tiempo para pagar, pero no para tener tiempo. ¿no? Trabajas 12 horas. Trabajo 10. Pago por vivir y no me queda tiempo. Salvo para decidirme entre la ensalada o el asado. Si quiero animarme me cuento el cuento de la salud y la compasión y me chupo los dedos con la espinaca orgánica y las mandarinas.  Es un cuento ¿Se entiende lo que digo?

¿Qué resistimos?