Ayer no dormí. Soy adicta a el azúcar y llevo exactamente 7 días de abstinencia. Las adicciones son cosa brava. El azúcar es un veneno terrible. Ser romántico también lo es. Padezco esos 2 envenenamientos. Las adicciones vuelven la vida miserable. Apenas estoy comenzando a observar mi absurda manera de relacionarme a través del enamoramiento, por ejemplo, a observar el error de mis demandas: atención, adoración, obediencia, suavidad, contacto. La vida definitivamente no es así. Por lo menos no la vida humana y responsable. Las personas quieren fundar sociedades con-sanguíneas para vivir cómodos y seguros, no grupúsculos de jaurías amaestradas para ser felices. Ya casi lo comprendo. Cosas que he ido aprendiendo con los años. Estoy tan acostumbrada a relacionarme sentimentalmente con magos que se lanzan a la vulnerabilidad del amor de espaldas y sin ver, que había olvidado cómo relacionarme con un hombre normal (como tú dices), que antes de lanzarse mide la distancia, calcula el salto, selecciona el atuendo, reflexiona sobre las consecuencias, toma la temperatura del agua, observa hacia dónde empuja el viento, organiza un proyecto piloto, realiza un chequeo médico, cuenta sus latidos, calienta nervios músculos y tendones, da unos cuantos brinquitos, toma aire, mira hacia abajo, se da cuenta que han transcurrido años y entonces de forma temblorosa acerca su mano a la de su pareja considerando que esta dando un gran paso, que es prueba superada, que ha valido la pena y que ya es hora... pero yo ya me fui... las graduaciones no me gustan. Me gusta lanzarme de espaldas. Probar la temperatura del agua de un clavado y temblar de sorpresa, con gozo y con frío...y correr hacia arriba y aventarme otra vez y otra vez y otra vez hasta domar el agua. Mis transiciones son distintas. No me desplazo lentamente de un lugar a otro de la casa. No me quedo nunca en la casa. Mis transiciones son como de una vida a otra. Pero tú eres tan hermoso. Tu belleza inagotable casi me hace entender. La belleza del cálculo, de la perseverancia, del sistema, de las decisiones importantes. Tu belleza que es puro amor determinado, objetivo. Qué hermoso es lo que no es mío. Cuánta belleza encuentro en lo que nunca voy a experimentar.