No sé qué decir de buena manera. Pero ¿acaso hay una buena manera de decir? Por lo menos hoy estoy frente a mi computadora de escritorio, en mi casa, y no en una laptop no sé dónde... buscando acentos y eso. Escribo muy poco a mano. Escribo casi nada a mano. Meh. No escribo a mano. Me he vuelto un animal de teclados creyendo que escribo en esta hoja ficticia.
Bueno, ya se darán cuenta que es más de media noche, antes ni los horarios, ni las plataformas eran de mucha importancia para mí. No sé qué me pasa, no sé quien soy.
Pero descubrí algo. Descubrí que había estado viviendo, desde hace diecinueve años, diciendo sí a la gente que quiero, sólo por miedo. También me he vuelto cursi, como podrán ustedes ver. No me reconozco! jajaja. A lo que voy es que hace diecinueve años me entró ese afán de aprovechar cada segundo con la gente que quiero. Tampoco es que quiera a cientos o a millones, son cuatro o cinco personas nada más. Siempre estaba dispuesta a verlas, a salir con ellas, a viajar para estar con ellas. A apresurarme aunque no me apeteciera, para encontrarnos en alguna parte. Pensando muy en el fondo "y qué tal si algo pasa mañana y yo no la (o lo) vuelvo a ver". Pero hace unos meses me sucedió, así nada más, estaba a punto de correr para verte, de planear cuál película veríamos en mi casa, de procurar que todo estuviera lindo para que pasáramos un momento agradable y pensé "pero es que en realidad no me apetece" e inmediatemente rectifiqué "¿y qué tal si viaja mañana?" "¿y qué tal si mañana pasa algo y -por cualquier circunstancia- no se vuelven a ver"? y respondí a mi reflexión: "nada, Dolores, no pasa nada... si no lo vuelves a ver, no pasa nada". Después de diecinueve años me di cuenta que si no los vuelvo a ver, sí! a cualquiera de ustedes! no pasa nada! Me impulsaba a forzarme a disfrutarlos porque siempre estaba esa sensación de partirme en dos, por no volver a ver a alguien que quiero tanto... a) no tiene que ser así b) y si es así... y perdí la oportunidad de pasar unas horas más con quien sea ¿qué?!!! Entonces respondí "esta noche no puedo" y me di un baño, preparé un chocolate caliente, me fui a la cama y vi una película, disfrutando de una paz que no había sentido en diecinueve años... diecinueve años! Eso, eso quería contarles. ¿Cursi, verdad? Ah, qué alivio. Chau!