No sé qué me pasa, este año he estudiado tantas cosas. Tantas técnicas de meditación. Tantos procesos para restablecer los recursos vitales del cuerpo. El último seminario en el que estuve fue muy fuerte, mental emocional y físicamente. Pero además, he estado muy cerca de ti. Creo que estar muy cerca de ti es lo que me coloca en otro sitio. Como en un lugar sin lugar. En un punto sin localización. Mi cuerpo está aquí, pero cuando me doy cuenta, mi mente (o yo, no se cómo explicarlo) ya ha viajado por muchos lugares, que tampoco son lugares. ¿Recuerdas que hace tres años o cuatro después de un seminario tenía miedo de dejar de quererte? Qué extraño. 
A veces no sé por qué sigo estudiando todo esto. Cuando vivo el proceso de impacto en mi cuerpo, es que me hago estas preguntas. Cuando soy consciente de que sigo abriendo mi maleta sin deshacer desde hace dos semanas y ya no hay viaje. Y estoy aquí en un sólo lugar. Cuando soy consciente de que no hay razón para rendirme a las 5 de la tarde y sin embargo podría jurar que algo pasa en mi mente, en mi cuerpo y en mi corazón. En un lugar que no tiene sitio, que este y no es este lugar. No sé cómo explicarlo pero sé que me entiendes. No podría ser de otra manera.