Foto: Rob Stothard, Al-Quds



yo, grababa esto:


Quisiera pensar que estoy hundida, pero no. Quisiera, por lo menos, definir esta soledad como insoportable, pero no. Esta es una soledad bastante llevadera, rodeada de muchachos. Estoy en el punto al que le temía hace algunos años. Me he conmovido tanto en esta vida que, pareciera, ya nada me conmueve. Quisiera sentir que arriesgo todo por alguna aventura. Pero no. Mi corazón parece inmóvil. Reposando en la nada. Uno de mis amantes me escribió el otro día y preguntaba ¿quiero saber qué fui yo para ti? Por supuesto, no recibió respuesta. Yo leí eso y pensé: me escriben desde allá, desde esos mundos en los que se siente nostalgia, donde se generan preguntas después de vivir las circunstancias, donde se construyen planes y las vidas son 80% imaginarias. ¿Qué sentido tiene una respuesta entregada desde un mundo que es totalmente otro? un mundo donde lo que importa no se trata de uno, y ni siquiera se cuestiona. Un mundo donde las cosas importantes son detener una hemorragia o prevenir un homicidio. Muy fácil para mí hubiera sido responder: "lo fuiste todo" (conociendo la influencia de aquel lenguaje antiguo en ese mundo en el que yo no existo), y preservar un vínculo azucarando las ideas de un amante nostálgico ¿nostálgico de qué? Me parece risible la nostalgia, jugar a ella resultaría una burla y ante todo: respeto, respeto para los amantes que han sido todo dentro de mi vida, aunque sus preguntas ya no me digan nada. Y es que, si tú has sido uno de mis amantes y sueles recordarme con nostalgia, debo decirte que nada de lo que recuerdas está vivo, no soy nada de lo que estuvo ahí, es más, no sé siquiera si ahora mismo soy algo. No soy un nombre. Ni soy un libro. Tampoco soy fotografías colgadas en las redes. Soy nada. No es por hacerme la importante. Soy nada. No encuentro lo que soy. Esta inmovilidad no la contiene ninguna imagen, ni la tomada ayer. Si tú eres uno de esos amantes te digo: el vínculo es falso. Ese: "yo la conozco" que se levanta, cuando escuchas mi nombre o, si quieres pensar en algo más profundo, esas preguntas que aparecen porque de pronto yo ya no respondí. Si no respondo es porque no hay más yo. Es así.
Ah! justo ahora, justo ahí, es que se mueve algo.