Quería venir a mostrar mi homenaje a Yoko y Lennon; supongo que cientos de mujeres han hecho lo que yo: homenajear a una mujer que supo manifestarse en su grandeza, incluso -y sobre todo- dentro de los estándares de comunicación masiva que la televisión significaba en aquellos tiempos, en el país que hizo su reino usando la supremacía blanca como cimiente. 
Una mujer asiática-americana casada con el cantautor más famoso del mundo; grabando, gritando, colaborando con la clara intensión de mandar un mensaje masivo: nada de lo que transmiten los medios de comunicación es realmente importante, lo que nos dan es sólo una ilusión. 
Cómo se estigmatizó a una mujer que no usaba maquillaje, que se mostró desnuda, que invitó al mundo entero a visitar su cama, que mostró (sin cobardía) su parte más intima, que demostró que se podía confiar, y que la paz era posible. 
Los medios, amenazados, la mostraron como el demonio que separó a Lennon de su hermoso y rubio destino, como la mujer fea pero con suerte que usando artilugios sexuales tenía a su lado al anglosajón más famoso del mundo; la exhibieron como símbolo de la promiscuidad, para asegurarse que ninguna otra fuera a seguir su ejemplo, y sembraron la idea de que usó la fama de su esposo para sus propios intereses, mezquina. El mensaje de siempre: la superioridad del marido, la anulación del poder de la mujer libre y de "color".

Y hablando de maridos, no puedo dejar de pensar que Lennon fue un hombre valiente total. Que no tragó la píldora de los condicionamientos y que fue libre hasta su último respiro,
La libertad es un paraíso que cuesta, pero que vale, absolutamente la pena, cada miedo que hay que sobrepasar para llegar a ella. No podría homenajear a una mujer como Yoko sin poner atención al hombre que eligió para, a través de él, manifestarse y entenderse a sí misma ¡esa mujer, que no necesitaba de nada ni de nadie!  
¡Sigan viviendo quienes aman con libertad, la libertad!