Oaxaca, México.,



Ha sido una semana muy difícil para todos, una semana siguiendo y previniendo las reacciones que tomaría el gobierno mexicano a raíz de las manifestaciones de la CNTE (Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación) en contra de una reforma educativa que, lo sabemos todos, conduciría a la desintegración de uno de los sindicatos más importantes de México. La invasión por parte de las empresas transnacionales que inició con el TLC, y que comenzó sus claros procesos de exterminio durante la toma de poder de Felipe Calderón avanza sin tregua, utilizando la administración gubernamental como brazo ejecutor de las tomas de territorio. No me sorprende que el CNTE se levantara y decidiera luchar. No me sorprende tampoco que muchos de nosotros hayamos decidido apoyarlos. Esta semana fue difícil, como les decía, pero anoche comenzó el enfrentamiento real. Más de treinta personas desaparecidas, seis asesinadas y cincuenta heridas es el saldo de la primera confrontación directa en el Estado de Oaxaca. Un estado indígena. Indígena, como yo, como mi abuela, como mi madre. No lo menciono sólo por el orgullo de mi códice genético, lo menciono porque es ahí, desde lo indígena, donde la resistencia se ha dado por siglos en contra de la construcción de un Estado que intenta exterminarnos. ¿Qué más les puedo decir?  ¿En verdad piensan que exagero? En estos momentos tan oscuros, cuando veo mi raza (la raza sabia, la raza trilingüe, la raza que nos da educación) defendiendo la tierra con el cuerpo (otra vez), cuando la supuesta guerra contra el narco muestra su verdadera cara: el desplazamiento para limpiar los territorios de un país invadido para saquearlo a costa de la vida del pueblo mexicano; cuando los únicos que deciden poner el cuerpo para defender esa tierra son los de siempre, dispuestos a morir, a desaparecer me doy  vergüeza. Me da vergüenza tenerle miedo a la tortura.  En México llegó el momento de poner el cuerpo, porque lo intelectual no basta. ¿Y qué dice el premio nobel norteamericano de la Paz a todo esto? ¿Qué dice el Premio Nobel de la Paz, el primer presidente de color de una superpotencia de que su vecino sea la alfombra donde las corporaciones esconden los escombros de su exterminio? Mientras a los indígenas les bloquean las salidas, Carlos Slim tiene autopistas privadas, para transitar por donde le plazca ¿él no es sospechoso de nada? Carlos Slim que ¿da la cara por quién? ¿creemos que todo ese dinero es sólo suyo? ¿que toda el agua privatizada en el norte del país es sólo para él? Estoy enojada. Ustedes saben que, desde que intentaron matarme, ya no escribo así pero hay momentos, hay momentos donde valdría la pena permitir ser reventado. valdría la pena usar el cuerpo como una barricada. Porque ya no es lo mismo sólo pensar como poetas, y augurar como videntes, sanar como brujos, leer el amor en las estrellas. Hay momentos en que hacen falta cuerpos para suplir a los "desaparecidos". para formarse en la línea de los siguientes que van a desaparecer, para renovar la maquinaria porque, seguiremos naciendo, les guste o no, en la tierra que nos corresponda..