Y, con ustedes, el momento de los poemas felices:

Saludo a todos los que me leen
Tendiéndoles el sombrero largo
Cuando me ven en la puerta
Apenas la diligencia se levanta en la cima del monte
Los saludo y les deseo sol,
Y lluvia cuando la lluvia es buena
Y que en sus casas tengan
Al pie de una ventana abierta
Una silla predilecta
Donde se sienten a leer mis versos.
Y que leyendo mis versos piensen
Que son cualquier cosa natural----
Por ejemplo, el árbol antiguo
La sombra en que cuando niños
Se levantaban con un balde, cansados de brincar,
Y limpiaban el sudor de su frente
Con la manga del delantal rasgado.

Alberto Caeiro