Nuestro libro Intervenir continua apareciendo en las listas de este año; este ha sido mi comentario preferido a su lectura, hecho por Sara Uribe y publicado en su TOP 10 de libros en la revista Transtierros. Intervenir fue un libro que escribimos (yo con mucho entusiasmo y alegría) si no me equivoco, en el 2009. El proceso de publicación fue una tortura. ---No nos salvamos de los abusos típicos por parte de editores que se creen superiores al autor, y lo tratan desde esa supremacía (por lo general blanca, o criolla)---. Pero la gratitud que siento hoy ante una descripción  precisa, de la intervención como cirugía, vale cualquier sumersión en el infierno. Mil gracias, Sara Uribe.

"¿Qué ocurre cuando un lenguaje es avasallado y atravesado por la violencia? ¿Cuál es esa irreversible luxación que se efectúa en las palabras y sus significados? Algo nos deja vacíos, descolocados, inciertos. El lenguaje nunca es el mismo después de preguntarse por los cuerpos rotos de un país roto. Pero no sólo aquél que utilizamos para referirnos a las heridas y a las pérdidas, se trata de todos los posibles lenguajes; se trata de la torcedura de todos los posibles abordajes para nombrar el cuerpo, el amor, la patria, lo cotidiano y la memoria. Y es que todo, todo ha desaparecido, nos advierten Rodrigo Flores Sánchez y Dolores Dorantes, en su escritura a cuatro manos de Intervenir, una mixtura de discursos que se superponen, se reescriben y se sobreescriben entre sí; una anunciación de lo que queda después de la catástrofe cuando uno ha sobrevivido: cuando sobrevivir es tener que aprender a nombrar de nuevo todo aquello que ha sido trastocado. Rodrigo y Dolores, es decir, sus escrituras, dialogan y producen este libro como si estuviesen realizando una intervención quirúrgica. Uno puede ver en la página sus movimientos, sus cortes, sus costuras, sus respiraciones a veces unísonas, a veces sólo paralelas. Van cortando y abriendo el lenguaje como una gran herida al tiempo que intentan suturar y, con ello, generar nuevas capas de sentido; a pesar del dolor, a contracorriente del trauma y de la nostalgia que subyace en sus narrativas que son ya siempre fragmentarias, dispersas, incompletas. Es esta, en todo caso, una poética que no sale inerme al daño, una poética fracturada."