"Mi nombre es Will Alexander, y soy originario de LA; un californiano. He vivido ahí toda mi vida. No me veo a mí mismo como angelino. Un agelino en términos de provincia, sino en una comunidad internacional. La ciudad ha significado un crecimiento tremendo para mi, dentro de este entorno cultural, tú sabes: librerías, cine grandioso, danza, orquestas, mezclas interesantes de personas, has sido una gran experiencia. Y las ciudades mundiales permiten la expresión de estás percepciones amplias, y por eso pienso que los artistas deben tener grandes centros urbanos para crecer y desarrollarse y desarrollar su arte de diferentes formas porque de esa forma tienen más opciones para trabajar; es mejor mostrarse en estas comunidades grandes para demostrase a sí mismos quienes son realmente. Me veo a mí mismo como un ciudadano global y como un escritor global en lugar de un escritor local, y no me refiero a un escritor local de forma genérica, sino específicamente en relación a la electricidad del lenguaje que está simultaneamente en muchos niveles o capas de conciencia. El lenguaje es conciencia, así que elevar el lenguaje a cierto nivel de conciencia crea cierta clase de poder que toca la conciencia y es capaz de moverse en determinadas direcciones, no en una forma didáctica sino electrónica; me refiero a la electricidad del lenguaje. Todo está vivo, incluyendo el lenguaje, el agua, el viento, los pájaros, hay una energía que va en los elementos de la vida que crea esta vibración que sentimos. Creo que el lenguaje debe tener esa vibración donde está la frescura en que yace la forma, en que yace el color, o las diferentes variaciones de color. Siempre hablo del ejemplo en que un barco zarpa o la luz golpea una masturbación* encarnada ¿Cuál es más interesante? Creo que la mayoría de los americanos están más preocupados por la habilidad literal de entender, y quieren trabajar con psicología de tarjetas de felicitación y, si tú quieres eso está bien, si te quieres quedar en ese espectro que genera este cerebro literal, pero necesitamos tener una mente imaginativa y es ahí donde el poeta tiene que entrar y trabajar en su magia. Tomé el surrealismo de manera natural como una forma de realidad [...] el surrealismo me abrió a todas estas diferentes ramas de pensamientos alternativos, no de una forma didáctica, sino como un camino hacia y para continuar moviéndose hacia adelante, tú sabes, de este futuro loco al que este planeta parece, tú sabes, estarce dirigiendo."