Los indios, movidos por la cólera y envidia contra los españoles, debido a la desmedida codicia destos, vertieron oro fundido en boca de cuantos pudieron atrapar para saciar su codicia, pronunciando estas palabras: come oro insaciable cristiano...

De Bry, libro IV

Fragmento tomado del libro ESPEJOS CON MEMORIA, del artista plástico ecuatoriano Tomás Ochoa.