¡Nunca envejezcas, dear A!

Soñar asusta a muchos adultos, porque soñar significa liberarse de las restricciones de la vida cotidiana, del orden que pone límites al pensamiento y que ofrece protección contra las dudas y las inseguridades. Muchos adultos se han acorazado en un bastión de seudo-verdades que les permite sentir que están a salvo de sorpresas, que tienen la vida controlada. Pero ¿qué es la vida sin sorpresas? La seguridad es lo contrario de la espontaneidad y la curiosidad, de la cordialidad y la alegría por lo nuevo, lo distinto, lo desconocido. Dicho brevemente: la seguridad es la muerte de todo lo vivo. Los sueños, por el contrario, significan vitalidad. Los sueños atraviesan los muros de la ignorancia y abren la mirada a todo lo que pueda ser posible en la vida.

Arno Gruen <3