Últimamente la vida no sucede conforme a mis presagios. Me enfermé porque no me quisiste (quisiste, linda palabra) y el dolor en la boca del estómago me duró tres días, y pospuse los talleres de la escuela libre. Entremedio hubo una lectura maravillosa, con personas maravillosas en mi casa-escuela-cielo (que no es mía porque yo no poseo nada, ya sabes -lo de la propiedad que en mi caso, aunque se trate de una silla me da no sé qué). Estoy loca, ya todos los sabemos. Y disfruto cuando otras locuras se manifiestan, como en la lectura de Sylvia, Paulo y Juan Manuel, el sábado pasado. Nos hubieras visto, Todos apretados junto a una chimenea apagada con una silla que servía de "escenario". Yo no había comido en dos días, por el dolor de estómago y, además no podía beber ni un piquito... pero vaya que disfruté tanta maravilla; a Maricela se la comió un tráfico agradable que la rescató de nuestra salita apretada, pero alcanzó a llegar y se compartió con su visita ¿No es linda la gente? Maricela habla con una vocecita tan dulce ¡es como un postre hermoso! y ahí llegó, corriendo, platicando con todos. Contenta. Ese fue el paréntesis, digo. Después mi computadora estalló echando bocanadas. Y regresé a este animal ancianito en el que te escribo. Tuve que poner un parche en su puerto. Pero el teclado es suavecito, y blanco (quisiste, linda palabra -no el verbo, no, la palabra en sí- pareciera de raíces indígenas). Luego me di cuenta que estaba envuelta en una batalla editorial y me puse muy triste. Yo me entristezco a veces por la forma en que otros perciben este mundo. Cuando los poetas perciben el mundo así, como algo pequeño, comercial y finito pienso que todo está perdido y, en este punto, sé que me equivoco. Entre comerciantes de alfombras lo comprendo. No lo comprendo entre personas que echamos a andar la creatividad por el mundo. ¡Y las formas en que esas personas me interpretan para justificar sus condicionamientos! Por supuesto que no me importa, no es porque me importe que me entristece. Me entristece porque sé que no hay solución para ellos, porque ellos creen que llegaron ya a alguna parte, y que desde esa parte pueden avanzar, conquistar territorios: crecer. O sí, si me importa; me importa cómo se contagia esa forma de percibir el mundo, generando otro falso poder. Copian lo que debería dejarse de copiar. Reproducen las estructuras del capitalismo. Creen que pueden apropiarse de un bien intelectual y explotarlo igual que los medios de comunicación explotan el dolor, el racismo y los lugares de muerte y controversia. También creen que "dan voz" a quien no la tiene. Pero todos, todos tenemos voz. Todos, todos somos visibles ¿no se han dado cuenta? Sólo somos invisibles para quien no nos quiere ver, y la percepción de quien no nos quiere ver es irreparable. En lugar de transformar lo que copian mediante el maravilloso poder creativo que tenemos todos, reproducen el poder y no perciben que su hambre de poder y de autoridad es lo que termina modificando el valor infinito de todo lo que van creando. Y, porque así es la vida ahí estoy yo, como si se tratara de una cosa: ahí estoy. Como papel, como manuscrito, como el "original" que sube y baja en manos que opinan sobre mis privilegios de haber sido escuchada por los privilegiados. No percibo las jerarquías que dan los privilegios, pero sí puedo percibir cómo los que perciben esas jeraquías creen en un mundo de inferiores y superiores que no existe. En su ilusión otorgan lugares, dan reconocimiento, entregan voz y visibilidad a los mudos y a los invisibles. Viven en la ilusión de los sensatos. Usando lo que definen como justicia para abusar de los creadores. ¡Abusan del motor que los sostiene! y creen que (dentro de cofres carísimos, envolturas delicadas, diseños lindos) nos dan voz, lugar, visibilidad pero ¿no es al contrario? Y no, yo no quiero poder, yo no quiero avanzar, yo no quiero crecer. Porque naturalmente avanzo, crezco, nací con el poder de manifestar lo que imagino, fuera de mí, de forma tangible. Mis deseos son más simples (unos cuantos kimonos y besarte) y aún así, tampoco los alcanzo.