Decidí entrar a un sistema de citas por internet con el único objetivo de hacer mis obsesiones a un lado. Mi Guru visita El Paso este mes y no podré estar en su seminario ¡Tengo mucho trabajo! ¡Cuánta tristeza! Con el sólo fin de distraerme un poco de mis obsesiones de estos últimos meses, entré a esta plataforma de citas. Pero ¡demonios! no me gusta ninguna de las 158 posibilidades de "match": ¡tú no estás entre ellas! Son demasiados perfiles, así que comienzo a descartar: fotos con hijos-no, fotos junto a su automóvil-no, fotos con el torso desnudo-no, fotos en el gimnasio-definitivamente¡no!, cuerpo de calendario-no, fotos de carteras con billetes-no, muy hipsters-no, muy blancos-no, muy negros-no, muy latinos-no, muy asiáticos-no, muy árabes-no, muy browns-no, muy jóvenes-no, muy viejos-no, muy felices... ¡muy felices! oh, ¡se parecen a ti¡-talvez-pero-no. ¿Podrás creer que de las ahora 168 opciones ninguno tiene una acentuada barbilla interesante como la tuya? ¿Ni una sonrisa como la tuya? ¿Ni entusiasmo como el tuyo? Ninguno usa zapatos rojos, ninguno es un mago vaya, ninguno es melancólico-aguerrido. Bueno, es que no puedo creer que de las 178 opciones que ahora tengo ninguno seas tú ¿Cómo es que internet no puede pronosticar que somos el uno para el otro: sin ganas de compromisos, sin ganas de tener hijos, sin ganas de conducir automóviles, sin ganas de ir al gimnasio. No hay una sola foto de alguien sentado frente a una variedad infinita de postres, por ejemplo. ¿A ningún hombre le gustan los postres? ¡Por favor! Debo admitir que también diría no a quien pusiera una foto en pants-como-tú. Debo admitir que si te hubiera visto en pants pasearte por ahí, por donde andabas en pants, sencillamente hubieras pasado despercibido para mí ¿Cómo no te conocí en pants de una vez por todas y te dejé pasar? Esta bien, pondré que sí quiero conocer a ese peruano intelectual que trabaja diseñando tecnología. ¡Pero qué estoy haciendo! ¡No! ¡No-no-no! ¡Demasiado nerd! Me rindo.