Todo está aquí

Moverse por el espacio, entre los demás que se mueven, sin otro objetivo que un equilibrio orgánico del caos, sin otro beneficio que un intercambio energético elemental. Ver por los hombros, oír por los pies, entender por la piel. Parar, volver a marcharse. Caer, volverse de pie. Acercarse, alejarse. Decisiones inmediatas desprovistas de intención. Vigilancia alegre, sapiencia muscular.  Y los juegos de agua viva, los juegos de cuerpo a cuerpo, de rapaz a presa, yo te agarro, tú me sueltas, y nos quedamos libres. El cuerpo-otro como árbol, casa, refugio; el cuerpo-otro como guía para explorar el mundo; el desconocido cuerpo del otro para conocer al mío. Celebración de los sentidos que nos hacen presentes, aquí y ahora, a pesar de los lenguajes, de las policías del signo, del mercado cotidiano de existir. Hacia una reconquista humilde de nuestros estados animales, vegetales, o minerales, sólidos, líquidos o gaseosos, en la simultaneidad feliz de nuestras estaciones, bestia sin desgracia. Y que por fin se nos vuelva a dar la buena lección de las cosas; esa castaña en la boca, esa palabra en el bolsillo; esa silla donde trepar juntos; esta puerta que se cierra y se vuelve abrir. ¿Y qué más? Poesía física, emoción limpia; el pleno disfrute de no tener nada que decir porque todo está aquí.

Graciela Casanova y Marc Georges Klein (del libro Una poética de la experiencia corporal. Editorial Biblios, Argentina. 2011)