"El país de los juguetes es un país donde los habitantes se dedican a celebrar ritos y manipular objetos y palabras sagradas, cuyo sentido y cuyo fin, sin embargo han olvidado. Y no debe sorprendernos que mediante ese olvido, mediante el desmembramiento y la inversión de los que habla Benveniste, liberen también lo sagrado de su conexión con el calendario y con el ritmo cíclico del tiempo que éste sanciona, ingresando así en otra dimensión del tiempo donde las horas pasan como "relámpagos" y los días no se alternan.
Al jugar, el hombre se desprende del tiempo sagrado y lo "olvida" en el tiempo humano. "Giorgio Agamben (infancia e historia).