Deseaba a solas, tal vez, como en los vicios secretos, el disfrute intenso de su propia burla. Pero si él había confundido ciertas apariencias en el mundo, no había tal burlista sutil sino, peor aún, practicante del vicio íntimo de la locura.

                                                     Jesús Gardea (El agua de las esferas)