"Paradójicamente, cierta paz interior parece nutrirse con un hervor de ira
--con un hervor de ira, con un hervor de júbilo, con un hervor inexpresable.
Con un sentimiento provocado por el cuerpo físico, por este instrumento del vivir,
con desesperanza, con calma, y con mucho dominio y con mucho rigor,
ante el inminente acabamiento de la extraña aventura, incomprensible y pavorosa que se llama vivir."
-Jaime Sáenz