Del saloncito llegaban los ecos de la partida de bridge. La seca y huesuda funcionaria interrumpía el juego con acres observaciones sobre la incongruencia de entregarse a tales pasatiempos, cuando quizá en ese mismo instante, algún enfermo incurable estaría en trance de agonía, en medio de horribles padecimientos y así por el estilo...

Witold Gombrowicz
Los Hechizados