Como ya no tengo nada que ver con este mundo escribiré de mis amores. Es que me enamoré por primera vez en mi vida este año, en esta ciudad, no recuerdo si el 10 o el 16 de noviembre. Seis meses el amor me estuvo buscando sin ninguna duda. Llegó directo a mí, seis meses antes, para decirme hola, puedo ser tu amigo, dame tu teléfono, esas formas donde sólo el amor sucede aquí, en Los Angeles. Confieso que la primera vez que se acercó tuve miedo: casi dos metros de estatura, pero cuando vi su carita, sus ojos amarillos, su carita como si fuera un sol. No contesté ninguna llamada durante seis meses. No respondí ningún mensaje, hasta que un día no sé por qué, en noviembre -¡ah, ahora recuerdo, fue un once de noviembre!- le respondí. Era de noche, yo estaba esperando el camión en Broadway después de haber entrado a un bar con fachada de tienda de mariscos que vende las cubetas de cerveza a 16 dólares, y de haber ido a un restaurant hipster para intentar comer una hamburguesa. Respondí un mensaje, me mandó una foto, le mandé una foto y al día siguiente estábamos en casa como si nos conociéramos de toda la vida. "Te amo" me dijo "¿Te drogas?" le pregunté. "Te amo" le dije.
d.