"Y por la tarde, muy tarde. O por la mañana muy temprano, desde una ventana recorremos los edificios de Broadway. Son nuestro mar. Y ese azul metálico es nuestro recuerdo durante todo el día. Respiramos asomando la cabeza a un callejón; cuando nuestra nariz apunta hacia los ladrillos que sostienen el único paisaje, pensamos en ti. En tu mano de agua. En la estrella meciéndose en tu mano. Y sumergimos nuestros dedos ahí (tu mano, que no se puede tocar).  Y pasamos el filo sobre los animales con escamas que todos los días desollamos con gusto, porque vienen del mar."

d.