adiós a la torre de artistas primaverales

Oh, a mis amigos que todos estos meses me han dado de comer, de leer, de escribir y hasta de fumar y de dormir, gracias. Porque he leído a Darwish, y a Musan Baek y -cien veces más- a Ekelof-. Y otro idioma dentro de este idioma se ha abierto como cuando -supongo- se abre el mundo de los bendecidos, o los biendichos (a saber). A todos mis amigos que en contra mía me desearon felicidad por un cumpleaños en el que ya no creo; y también por el día en que no me pude morir. Gracias a mis amigos que escribieron cartas a quién sabe qué cielo. Y a mi santo. el santo de los locos, de los animales y de las montañas levantadas por soñadores del desierto. Gracias pero, amigos después de todo esto ¿un gurú es un amigo? porque también hubo amigos que me acostaron en una camilla y me llevaron a otros planetas (no es lo que ustedes imaginan) porque también hubo amigos que con su sola voz me hicieron visitar otros mundos (no es lo que ustedes  imaginan) y en esos otros mundos encontré más amigos. 

d.