Es interesante notar cómo las estadísticas de mis lectores cambian drásticamente dependiendo de los videos que anexo a mis posts. Si subo a José José, mis visitantes aumentan. Si pongo a Richter para desearles dulces sueños mis lectores desaparecen. Parece que mi obsesión fundamental no le interesa a nadie. De cualquier modo no hubo dulces sueños anoche. Regresé a mi casa con dolor de estómago, jugué con Luca hasta que llegamos al restaurante vietnamita del barrio. Seguí jugando con Luca mientras ordenábamos unos pasteles de chocolate. Y cuando regresé a mi casa, sencillamente no pude dormir. Hablé durante horas con Lucille sobre mi dolor de estómago. Hice seis malas con diferentes mantras. Saqué el escritorio de mi recámara y lo puse en el porche. En la madrugada me puse a trabajar. Dos o tres vecinos distraídos comenzaron a verme con extrañeza. No he dormido. No puedo dormir. Cuidé el sueño de Diva toda la noche y pensaba en cualquier clase de remedio. ¿Tabaco? no fumo. Cerveza: me produce ansiedad. Así que me dediqué a garabatear lo que creo que es un libro. Pensé que tal vez sería bueno llorar, pero tampoco pude. La lluvia de estrellas pasó una noche antes. Y los mosquitos no tuvieron compasión de mí. ¿Qué le pasa a mi mente? ¿Qué no sabía que tengo una reunión hoy en la tarde? Bueno, leí poemas. Varios poemas que tocaron mis pensamientos como pequeñas olas en la orilla del mar. Últimamente imaginar el mar me tranquiliza. Sí. Los poemas me llevaron al mar.
d.