BLINDADO
aprendí
a robar
a mentir
a esperar
el momento adecuado
a observar
los gestos de desencanto
para reconocerse y extraviarse
conseguir
algunas horas de calma
dejar que los extraños
me protejan
como si fuera una pieza de museo
como si fuera
parte del equipaje
sin dinero
sin grandes promesas
solo la imagen
de un escombro
apoyado en otro.
Gladys González (del libro Hospicio)