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"Quiero ser hombre otra vez/ cambiar mis garras por pies/ Ser el amor sin raspar/ acariciar tu lunar/ Tener un trabajo y sufrir/ para llegar a fin de mes./ Esclavizar, someter/ para sobrevivir/ Solo otra vez/ mi palabra se fue./ Estoy perdido, mal herido/ como un animal."
Miguel Mateos ha sido una de mis más profundas inspiraciones. Era lo que en mi adolescencia "se oía" sin saber de dónde había llegado. ¿De dónde había llegado? De la represión Argentina. De la prohibición del Rock en épocas de desaparecidos. De una dictadura infernal. Con una carga que ya se ha convertido en "ochentera".
La última vez lo vi en concierto en un palenque. Palenque es un foro muy pequeño dentro de las ferias de pueblo que se hacen en México. Un lugar diminuto, donde pude recordar la razón por la que Miguel Mateos había llenado estadios enteros en toda latinoamérica y, en Argentina, los desbordaba. "Pero es que tenés que ir al concierto en vivo" me había dicho él en la mañana del día anterior. "No se puede juzgar mi trabajo si no has estado, últimamente, en uno de mis conciertos". me dijo. No sé qué importancia tenga pero, quiero, algún día poner en uno de mis libros, por lo menos una de las citas de las canciones de Miguel Mateos que recuerdo, una de mis favoritas es esta: "Con los niños azotados cantando a viva voz los himnos de la patria, adorando al dictador, pides más./ Siempre serán enigmas del corazón".
d.