Anoche tuve un ataque de ansiedad, pero en medio de lo que prometía ser un prolongado insomnio (y en medio del griterío de mis vecinos que llevan tres días de fiesta en chino) pude detenerme a observar cómo y por qué mis pensamientos construían vertiginosamente un pasado que jamás podré explicarme porque, para colmo, no existe. Así que pude detenerme a ver la forma en que construyo una realidad terrorífica con argumentos valiosamente claros y perfectos, basados en todos los sucesos de mi vida que no entiendo bien. Después de contemplar cómo algo parecido a mí, sumergida en un trabajo forzado, me cuenta explicaciones, francamente macabras, deduje que tenía material suficiente "tengo que hacer algo con esto". Así que me dediqué a sufrirlo toda la noche, contemplé su comienzo como si se tratará de ver una película de amor, vi su transcurso y me detuve en el momento en que un plomero entraba a mi casa para decirme que, aparte de plomero, también era vidente y lo supe, en ese momento supe que, por primera vez, después de tantos años y la ansiedad de tantas noches, la vida me entregó el hermoso final de una novela. 

d.