Asesinando el alma
No sabía que lo pesado no es una roca/sino el alma/ No sabía que lo inamovible no es una cuña de hierro/ sino el alma.//El hierro cambia y la roca se altera,/pero el alma que no tiene forma es más inmutable/que una cuña de hierro./Creía que el alma era un espejo que reflejaba al mundo,/pero es menos que un espejo de bronce oxidado.//El alma le da órdenes al mundo/y se expresa por la boca,/pero no puede moverse encerrada en ese cepo./Oh alma, el pantano te llega al cuello./Oh alma, te da miedo hablar./Tú que eres más liviana que el aire/y que no hay lugar del universo a donde no puedas llegar,/eres más pesada que una enorme montaña.//¿Qué es entonces el pecado?/Alma/que matas de un plumazo/todo lo que ves, todo lo que vive,/y dejas apilados todos los cadáveres, yo te asesino.
Mu-San Baek (Ulsan, Corea 1954)
trad. Sun-me Yoon