Debo decir que las circunstancias del mundo han conseguido golpear mi ánimo profundamente. En este país parece que sólo unos cuántos son conscientes de la guerra en la que vivimos. Del terror que cada vez se adueña de más y más territorios. Solemos pensar que el infierno y el espanto de la tortura, el terror y la muerte están muy/muy lejos. Tan lejos como Medio Oriente con un océano de por medio. Solemos pensar también que el océano es infinito. Pero la verdad es que no. El océano poco a poco llega a su fin. Y el terror, el espanto y la muerta están en cualquier escuela, cine o supermercado. Constantemente hay amenazas de "tirador" armado en las primarias y en las preparatorias de este país. Con ese pretexto se encierra a la población estudiantil entera y se le somete a horas de nerviosismo y tortura psicológica que sólo terminarán después de que todos levanten las manos, hagan una fila, sean apuntados con el láser de las armas de agentes especiales y permanezcan mostrando su
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Tengo muchos motivos para celebrar. Por ejemplo, que mis ideas son claras. Tan claras que sé que no me pertenecen. Debería celebrar que cuando mi pensamiento comprende puedo desarrollar por escrito un texto completo para que otros lo comprendan también. Generalmente por el estilo lírico programado en mi psique a través de la práctica al intentar desarrollar lo que comprendo, creo textos que algunos definirían como "hermosos", por este lirismo inserto en mí como un segundo lenguaje, que me ocupa al momento de escribir "en serio". Debería celebrarlo, lo sé. Y lo celebro, sí. Pero este lenguaje que me ha ido ocupando a través de la práctica también lo observo como un límite. Un límite peligroso. Bastaría sólo con quedarme ahí para detener el movimiento y que ese lenguaje sea un mero sistema sin vida. Entonces comienzo a ver este lirismo como una imposibilidad. Y me desespero. A nadie le importa si escribo o no otro libro. El mundo no está esperando libros. No intento d
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Ayer impartí un curso en el que observamos el origen de la estructura familiar como núcleo de la sociedad, para comenzar a comprender el origen de la familia tal y como la concebimos actualmente. Esa fuerza nuclear que defiende la fe cristiana y que desde hace siglos está presente en los discursos políticos como una herramienta de manipulación y control disfrazada de bienestar. Las estudiantes y yo nos llevamos una sorpresa muy grata al mismo tiempo: yo al notar que desconocían el origen y al preguntarles por el cuándo se formó la familia como núcleo de la estructura social respondían: así ha sido siempre . Supongo que en su subconsciente estaba inscrito el mito de Adán y Eva, el pecado original y el sufrimiento de la vida fuera del paraíso por alimentarse del fruto prohibido de la pasión. Sucede. Sucede que vivimos sin hacernos muchas preguntas (amo este lugar ¿les había dicho? entre más me adentro en recorridos en estructuras del "Estado" más amo este lugar: sí, este espa
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Voy a ser sincera: estoy cansada. Estoy cansada y mi camino apenas comienza. Ustedes saben que me gusta estudiar ¿verdad? Estoy cursando el diplomado en "memoria y discurso autobiográfico" que imparte El Centro de producción de lecturas, escrituras y memorias (LEM), México, con sede en Puebla. El transcurso por el diplomado, aunque apenas ha comenzado -dura casi un año- es una maravilla. Y, como toda maravilla, activa no sé qué nodos en mí que me empujan a reflexionar. Estudiamos los procesos neuronales: qué sucede y cómo sucede el trabajo neuronal cuando recordamos o almacenamos nuestros recuerdos, en qué parte del cerebro se aloja la memoria y cómo afecta esa red neuronal a todo lo que somos. Somos una máquina encantadora, por cierto. Total que me decidí a tener una licenciatura en psicología creo que para después especializarme en neuropsicología. No me hagan mucho caso, es solo un sueño. En realidad no sé si me especializaré en neuropsicología, o en sociología o educació
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Nací en los setenta, sí. Hace algunos años intenté. a petición de una editorial, hacer una selección de lo que he escrito en formato de blog desde el 2001. Era una selección interminable que no me dejó satisfecha así que, afortunadamente no sucedió. ¿Saben qué pasa últimamente en este blog? que cambié de computadora. Por primera vez en mi vida de perro tengo una Mac y resulta que el formato de blog impide aumentar la pantalla, como solía hacerlo en mis computadoras viejitas. Así que me siento algo alejada de este blog y de mí. Con las otras, al movimiento del cursor disminuía y aumentaba la pantalla. Con esta, mi primera Mac propia (en los periódicos que trabaje siempre había Mac) planita, color rosa metálico, me quedo en la distancia. Viendo el texto a lo lejos. Espero que el algoritmo esté tomando nota y al rato envíe un tutorial de Youtube a mi página de Facebook o algo. Muevo el cursor, busco en las ventanas y lo juro, no sucede y no sucede. A veces pienso en cosas como esta: siem
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La escritura ha sido para mí, siempre, un lugar, un refugio, una compañía. En estos tiempos tengo el impuso de venir aquí con la esperanza de encontrar lo que siempre había encontrado durante décadas, entonces abro el template, corro al encuentro y todo está vacío. Hago un repaso rápido para ver de qué se trata: me gusta lo que hago en esta vida, me gusta lo que construyo, estoy en paz con la forma en que he decidido vivir. Y después pienso pero ¿en verdad me gusta lo que hago o lo hago sólo por hacer algo? ¿en verdad me gusta lo que construyo? ¿o lo que me gusta es demostrar que puedo continuar en esto que ya no sé ni cómo se llama? ¿Ven? ¿Ven por qué decir se convierte en un vacío dudoso? En el evento más reciente que organizamos en Mujer Migrante, asistieron más de cuarenta personas (nuestros grupos de apoyo son -por lo general de 15 asistentes, para que se den una idea-, al terminar la reunión todas se despedían de mí con tanto cariño, y todas habían logrado por lo menos por un m
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Esta mañana decidí no involucrarme en cuestiones domésticas y venir aquí. Las cuestiones domésticas me hipnotizan, cuando comienzo a enjuagar los platos entro en una especie de luz que me aísla de todo. No sé si será mi tendencia a la santidad o mi tendencia a la fantasía. La verdad es que desde hace meses un resentimiento incierto me ronda y no consigo calmarlo más que leyendo a Yoko Ogawa, distrayendo mi mente con exceso de trabajo o cocinando como una forma de meditación. Esta mañana esa especie de enojo, de insatisfacción me visitó antes de despertar. Lo acostumbrado sería levantarme, convencerme de que esto es pasajero y comenzar las actividades que me sumergen en esa especie de luz pacífica. Es una buena técnica. Pero hoy tengo tiempo, el barrio es silencioso hoy, así que abandoné la montaña de trastes que utilicé ayer en el fregadero de la cocina, molí café, activé la cafetera y regresé a escribir para enfrentarme con este odio, esta rabia. Es una rabia huérfana, por lo tanto
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Murió Jaime Moreno Valenzuela, una persona muy querida para mí, con quien compartí años y de quien aprendí muchísimo. Todavía no sé bien a bien qué: a quererme, entre otras cosas, a tomar mi lugar sin esperar que otras personas me lo den (les guste o les disguste mi presencia). Ser libre y disfrutar libremente es cosa que me ha costado trabajo aprender. Pero me esfuerzo. Aprendí a cocinar bailando. A desayunar escuchando Zap Mama. A bajar el volumen de le película e inventar los diálogos. Pero también aprendí a decir no, a decir basta. A no conformarme. A cerrar una puerta detrás de mí y marcharme, sin remordimientos. A recordar sin dolor y a disfrutar de los recuerdos. Algo en mi corazón se abrió en la convivencia con Jaime y algo también se cerró en mi corazón cuando dejamos de vernos. Me fui transformando. Aprender junto a Jaime era vivir con el pie en acelerador. Yo tenía veintidós años, él treinta y siete. Aprendí a ser totalmente esa yo que yo era a esa edad, una yo un tanto m
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Es increíble cómo un ordenador se vuelve parte de nuestra vida. Me estoy deshaciendo de uno, estrenando otro. Lo impresionante es el regocijo, el tiempo que he tomado en configurar, en arrepentirme de las configuraciones, en hartarme de la cantidad de contraseñas y datos que este tipo de nuevos órganos nuestros exigen. Ya no sé quién es quién. En verdad estos dispositivos se han vuelto como un brazo más. Quizá cuando yo era joven eran nuestro brazo extra, ahora me parece como que el brazo se ha convertido en un vigilante fastidioso: un perseguidor. Es increíble cuántos números asociados uno tras otro nos hace producir cada vez que hay que bajar una aplicación, un programa que nos permita trabajar. Generamos secuencias numéricas cada cinco minutos por ´nuestra seguridad". Meh: soy una anciana. contigo en un charco Algunos de ustedes han crecido con estos instrumentos dictatoriales activados en la misma cuna. No creo que todo tiempo pasado fue mejor. Pero creo que no quiero compro
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No sé cómo me siento. Ja, parece ya un síntoma de estos tiempos. Es un síntoma que proviene quizá del hecho de no reconocer que la vulnerabilidad es un sentimiento válido. La falta de certeza es una realidad que no debería consumirnos sino con la que deberíamos saber coexistir. Fernand Deligny decía más o menos que solemos negar lo que nos deja perplejos. Podría en este momento preparar otra taza de café. Pero ya no son horas. Eh, fuck it. Voy a prepararme otra taza de café y a buscar ese libro de Fernad Deligny para poder citar adecuadamente esa frase que -estoy segura- me explicará esto que siento y que no reconozco. Pérenme... Deligny dice: en realidad, el azar es sólo una palabra completamente inexplorada que se usa -únicamente- para limitar nuestra perplejidad Es esa clase de perplejidad a la que me refiero, no la perplejidad del asombro, sino a la de perplejidad de no creer lo que es la vida cotidiana. La vida cotidiana me parece difícil de creer, me deja perpleja y esa perple
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Me estoy recuperando de una cirugía. La verdad no recuerdo si fue hace una o dos semanas. Creo que sí, fue hace dos semanas, un viernes. El doctor me recomendó no cargar, no subir, no bajar, no agacharme. Lo que no me dijo es que no era una recomendación, sino que sería una incapacidad real. Me estoy recuperando, y me recupero con cierta facilidad además. En mi recuperación tienen que ver varios factores: el amor que me rodea, lo sencillo que es vivir en un departamento en lugar de una casa, y no tener mascota. Pero sobre todo, he tenido la oportunidad de tomarme el tiempo necesario para recuperarme. Como si se tratara de unas vacaciones. Aunque a estas alturas la pandemia ya me está pareciendo una carga pesada. Esta noche le preguntaba a Fernando si había sido el año pasado o hace dos años cuando cenábamos unos tamalitos veganos espantosos, sobre los que nadie se atrevió a quejarse. Ja! Pensé que había sido el año pasado! Demasiados amigos han muerto. Han sido días pesados y tr
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Soy una mujer de 48 años que ha tenido un montón de experiencias y profesiones. Las que han sido mis profesiones se quedan conmigo y van nutriendo mi forma de interpretar el mundo. De adolescente canté en los camiones y en alguna taquería para sobrevivir. Prefería eso a tener que trabajar ocho horas de pie en una zapatería donde los cñoros no sólo se medían el calzado, sino que acosaban sexualmente a todas las menores de edad que queríamos ganar nuestro propio dinero, recuerdo bien a uno que me dijo: ¿qué te pasa? ¿no te gustan los hombres? Yo tenía 15 años y quería sentirme independiente, ja! Mis padres se sentían bien con que yo trabajara en la zapatería, lo de cantar en los camiones los avergonzaría hasta el infinito. A mí no, cuestión de enfoques. Me sentía más libre y menos expuesta, subíamos tres o cuatros personas a cantar al autobús, así que. Había una taquería en la que el mesero apagaba la televisión cuando nos veía entrar para que cantáramos sin interrupciones. Cantábamos, r
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Hace mucho tiempo que buscaba el tiempo para venir aquí. No lo he tenido. He estado muy apurada construyendo lo que pretendo sostener y me faltan manos. Se que lo que digo es ambiguo, qué más da. Me refiero a que cada día soy más consciente de que me esfuerzo demasiado en sostener cosas que debo soltar. Es así. Pienso que es mi deber mantener en pie ciertas cosas. La verdad es que no. Pero no sé cómo deshacerme de ese impulso por construir sin sentir que me deshago de mí misma. Hace meses, por ahí de julio quería venir aquí porque visité un museo en Houston, auspiciado por la Menil Foundation. Los Menil fueron estos mecenas que patrocinaron la capilla de Rothko que me ha movido el corazón profundamente. Dos veces he estado ahí y nunca olvido ese trabajo tan hermoso. Dos veces había estado en la capilla de Rothko pero nunca había entrado al museo de la fundación hasta hace unos meses. Al lado del museo de la fundación también está la exposición permanente de la obra de Twombli, amo el
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La vida da muchas vueltas. La vida, no digo nada nuevo, es una transformación constante. Yo no estoy diciendo nada nuevo, nadie está diciendo nada nuevo. Todavía no entiendo bien a bien por qué nos gusta celebrar nuestros dichos. Lo único nuevo es que soy una vieja. Ser una vieja tiene sus ventajas. No esperen que responda como adolescente entusiasmada a todas sus invitaciones. Ya, de vieja, uno decide dónde cuándo y cómo aparecer. Hace tiempo que yo aparezco aquí y allá cuando se disuelve una nube de humo. Me encantan las mañanas, eso contradice las teorías de mis detractoras. Con tanto ellas, ellos y elles, yo he decidido siempre hablar en femenino. Somos personas: las personas. Para que no se confundan. Me trae aquí un sentimiento extraño, como de aparición. Este mes, después de 10 años, compartí una lectura con escritoras mexicanas. Tal ves es ese el sentimiento: como de volver. Pero también este mes publiqué un libro después de no publicar en México como solista por diez años ta
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Estoy escribiendo un nuevo libro. Okay, no estoy diciendo nada nuevo: siempre estoy escribiendo un nuevo libro. Me gusta pensar que soy libre. Me gusta pensar que decido lo que pienso y decido el rumbo de mi escritura. Pero en realidad son las circunstancias las que me van dictando. Tengo 48 años, dos dedos pulgares que desde hace meses se niegan a funcionar y moverlos se traduce a un dolor nefasto. Nunca fue mi intención permanecer joven. Al contrario. A veces he llegado a pensar que algunas personas se comunican conmigo imaginando que tengo treinta años y estoy dispuesta a volar veinte horas y aterrizar para una presentación sin que el Jet Lag me haga pío. Me veo obligada a defender mi vejez. Pero a eso no iba. Iba a que para escribir leo varios estudios, uno de ellos sobre la historia de la violación en Europa. Otro más sobre los mecanismos psicológicos que permitieron que el genocidio nazi se gestara, otro que muestra estadísticas de todos los países en Europa que contribuyeron al
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Tanto tiempo sin venir aquí. Tantos amigos muertos. Tanta indignación. Y la sensación de que el mundo nos va orillando a un control absoluto que conduce al exterminio y para el que no hay salida. Tal vez esas sean las principales razones para no estar en este espacio un poco más de tiempo. Justo entro a la página de edición y me encuentro con que todas mis contraseñas han sido "vulneradas". Desde mis correos electrónicos hasta la de este blog. No han de haber encontrado algo muy redituable porque hasta ahora nada se ha modificado en ninguna de mis cuentas. En fin, es la presión de esta otra dimensión en la que el orden global nos ha mandado vivir desde hace poco más de un año: la extorsión de la seguridad... pagar por ella, igual que allá en la tierra. Apenas hace 2 días estaba en el cine viendo una serie de cortometrajes nominados para los premios Oscar. Los Premios Oscar me importan lo mismo que cualquier otro premio, osea: nada. Pero me interesaba ver cortometrajes, el de
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Soy muy afortunada. No sé si me miento a mí misma, pero considero que sí: soy muy afortunada. Estoy a un paso de cumplir 48 años. Tengo tiempo para escribir, para cuidar de mí, para descansar. Pero además creo que la fortuna no se relaciona únicamente con las circunstancias personales. Cada día estoy más convencida que la manera en que decidimos pensar construye la manera en que vivimos y construye también el lugar desde donde vivimos. La fortuna es una creación colectiva. Tengo la fortuna de conocer la vida de este lado del mundo: una vida en común. Morgue móvil, junto a cementerio Concordia. Estos días la situación sanitaria que se padece en esta ciudad me ha atravesado el cuerpo. Estuve cerca de las morgues móviles donde se apilan los muertos cerca del Cementerio Concordia. Pero también vi los centros comerciales abarrotados. Los supermercados saturados. Las plazas públicas llenas con celebraciones navideñas. Tuve que recoger a mi amor en el hospital. La realidad fue impresionante.
El Paso judge orders curfew due to COVID-19 crisis
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Apenas ayer no tenía muy claro lo que estaba sintiendo. Es difícil definir los sentimientos en tiempos como este. Regresé de Los Angeles a El Paso después de visitar amigos, caminar trayectos que me despertaron tantas memorias lindas y de pasar tiempo contigo (Me encanta pasar tiempo contigo. Estar contigo es estar completamente en la naturaleza de la tierra) y de repente me doy cuenta que aterrizamos en el centro del exterminio. Que el exterminio no es sólo el miedo a que la historia se repita. El extermino está aquí, en mi casa y ha llegado a transformarlo todo. No puedo creer que haya convertido nuestro paraíso en ceniza, pero está sucediendo. Quisiera estar allá, contigo.
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Estoy aquí haciendo lo que me gusta. No puedo quejarme. Anque lo que me gusta podría hacerse casi en cualquier circunstancia menos desde la muerte, así que sí, Definitivamente soy afortunada. Tantos muriendo y yo aquí, haciendo lo que me gusta. Y nosotros aquí, tú y yo, haciendo lo que nos gusta. A final de cuentas moriremos también. Porque oponerse al extermino no significa luchar contra la muerte. La muerte, ya sabemos, existe de forma paradójica en nuestro cuerpo siempre que estemos vivos. Qué maravilla es nuestro sistema biológico. Más vale comenzar a poner la consciencia ahí (en nuestra biología) porque a como están las cosas nuestro sistema biológico va a ser lo único que nos quede. Esto puede ser Haifa Esos estudios sobre la Bioma o la Biota (cerebral, intestinal y del resto del cuerpo) definen realidades que podrían aliviarnos en tiempos en los que, pareciera, no nos queda pizca de libertad. Está bien-está bien, estoy exagerando un poquiño... porque esto es así: mostrar contra