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Mostrando entradas de febrero, 2020
No sé a quien contarle lo que siento. Así que vengo aquí a contarle a nadie. A no contar. Hoy salí del cine, después de ver una película de acción cualquiera y mientras me trasladaba a casa vi un anuncio espectacular que anunciaba a Pitbull. Me pareció increíble. La realidad que me rodea me parece increíble, no por maravillosa, sino por falsa. La realidad que se me presenta me parece un set armado por mi propia mente. No es terrorífico ni nada por estilo, es sólo falso. Como si se tratara de un holograma. Tampoco es triste. La profundidad de esa construcción me parece fantástica, aunque la construcción en sí es sólo eso... una realidad vacía encima de la realidad natural. Mi ex y yo decidimos ser amigos y ayer estuvo en mi casa. Estábamos sentados uno frente al otro, y mientras hablaba pude percibir exactamente lo mismo que sentí al salir del cine: se construía una ilusión con su charla. Y si yo respondía a lo que fuera que estuviéramos platicando, percibía exactamente lo mismo: &quo
Qué año! Cuántas cosas derrumbándose en el mundo, desde glaciares hasta estructuras políticas. Yo no dejo de tener esperanza (en una América Unida -como Simón Bolivar soñó, ya saben) pero, pese a las esperanzas, tal vez sea por la edad, también vivo derrumbes. Terminé con mi novio, dejé la organización budista en la que estudié por más de 10 años, comencé a estudiar cosas nuevas y tomé decisiones radicales en cuanto a la manera en que me interesa estar presente dentro del "mundo" literario. Todo porque decidí poner mi consciencia en lo que realmente importa y decidí reservar toda mi energía para lo que importe y sea conveniente para mí. Así que bueno, tuve que decirle al amor: me importas, pero no me convienes, ja! Las transformaciones no suceden de un día para otro, fueron despedidas gestándose, decepciones profundas, aceptaciones dolorosas de la realidad para poder saber dónde he estado parada y actuar en consecuencia. Así que mi año, digamos, comenzó desde el año pasado.