No sé a quien contarle lo que siento. Así que vengo aquí a contarle a nadie. A no contar. Hoy salí del cine, después de ver una película de acción cualquiera y mientras me trasladaba a casa vi un anuncio espectacular que anunciaba a Pitbull. Me pareció increíble. La realidad que me rodea me parece increíble, no por maravillosa, sino por falsa. La realidad que se me presenta me parece un set armado por mi propia mente. No es terrorífico ni nada por estilo, es sólo falso. Como si se tratara de un holograma. Tampoco es triste. La profundidad de esa construcción me parece fantástica, aunque la construcción en sí es sólo eso... una realidad vacía encima de la realidad natural. Mi ex y yo decidimos ser amigos y ayer estuvo en mi casa. Estábamos sentados uno frente al otro, y mientras hablaba pude percibir exactamente lo mismo que sentí al salir del cine: se construía una ilusión con su charla. Y si yo respondía a lo que fuera que estuviéramos platicando, percibía exactamente lo mismo: "qué estamos tratando de construir aquí" pensé mientras respondía con ilusiones a sus ilusiones. Después de cenar y de construir eso que me parece tan vacío durante horas estuvimos abrazados un rato. Era lo único que buscábamos, sentir que alguien esta cerca de nosotros, tocar a otra persona. Me pareció tan lindo y tan triste. Porque mi ex no va a dejar de ser mi ex, me pareció triste por la energía que gastamos en construir un mundo para no rendirnos a algo que es tan simple: queremos tocar a otra persona, terminar nuestro trabajo y encontrarnos con la otra persona porque sentimos que de alguna manera nos acomodamos en nuestro lugar. Pero nuestro lugar no existe. Usamos toda esa energía para crearnos un lugar, un alguien. "Tu huelga ha funcionado" me dijo. No sabía que estaba en huelga, ni que podía presentar un pliego petitorio para recuperar el lugar que me gusta. Negamos tanto y tan cotidianamente lo común, que construí una risa y construí frente a mí al mejor hombre del mundo para poder descansar un rato en el sofá y escucharlo decir: "tu huelga ha funcionado".  
Ya a solas vi la construcción desvanecerse. No es una ausencia, o un dolor, o algo que se termina. Es cómo una caravana que llega, levanta un mundo para descansar, descansamos y después ese mundo comienza a disolverse y quedo aquí, en mi propio mundo. Con la certeza de que me acabo de engañar a mí misma pero ahora sí, estoy conmigo en una cama real, en un lugar real dándome cuenta que cada vez que busquemos lo que queremos sentir el uno con el otro es tan simple como hacer silencio y abrazarnos en el sofá. Ni si quiera tenemos que mirarnos. Toda la danza alrededor de eso no es necesaria. Ni la danza, ni la cena, ni el discurso, ni los planes, ni pensar que nos estamos ajustando. Nada. No queremos comer  acompañados el uno del otro, no queremos escucharnos el uno al otro, no queremos nada el uno del otro. Sólo la llana tranquilidad animal de tener un lugar dónde detener nuestro día.