Uno está tranquilamente en su cama pensando sobre los procesos de copia ¿Una copia puede ser? ¿O lo que puede ser es la marca y la copia sólo existe como un proceso? ¿Todo es copia? ¿O todo es una marca que deja el proceso de copia? Soñando. Viviendo de ilusiones, creyendo que por fin, la vida de uno, las conversaciones de uno, los vínculos de uno con los otros, tienen algún sentido. Que los libros de uno tienen algún sentido. Que uno puede echarse en la cama y exclamar: maldita sea, qué bien me siento hoy. Mi pensamiento funcionó para algo. Pero suena el teléfono y hay que correr al hospital, presenciar el dolor en el hospital, darse cuanta que uno (y los procesos de copia y la marcas que construyen la realidad) es incapaz de controlar o consolar o solucionar todas las cosas. Uno duerme en el hospital por tres días supervisando los suministros de medicamento, el ir y venir de enfermeros, los horarios y los médicos de las cirugías. Y repentinamente tiene uno un mensaje: aquí estoy para lo que necesites, a cualquier hora, no importa que me despiertes, cuentas conmigo, adoro tus tatuajes, y el conocimiento, los libros, las lecturas, los mejores amigos: Gruen y Agamben, la crisis vocacional, la interpretación de la realidad y los condicionamientos, comienzan a importar un carajo; me vuelvo, únicamente, un animal que busca otro animal como consuelo.