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Mostrando entradas de febrero, 2015
Disculpen los frutos de mi obsesión de estos últimos meses: ¡la copia! Yo la disfruto muchísimo.
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Y nos fotografiaron sin miedo; es decir: nosotros estábamos desprevenidos, sin miedo y el fotógrafo, sin miedo, nos disparó. Oh, querido aries y querido sagitario, no sé cómo sobrevivo sin ustedes en estos desiertos ( pero no le hace ) Foto de nuestro querido amigo Juan Manuel Portillo
La próxima vez pasaremos horas hablando de mi madre y de mi padre. De mis hermanas y hermanos. Mi padre era un loco, ya sabes. Pero no sabes sobre la colección de máquinas portátiles de escribir que tenía mi madre. Una de las primeras imágenes que recuerdo: un salón repleto de máquinas de escribir de todos los colores: amarillas, azules, rojas, verdes. Era tal vez 1975 o 76. Las máquinas parecían animalitos muy fuera de mi alcance, brillantes. Mi colección de máquinas de escribir, comparada con la de mi madre, me parece muy triste, de tonos aburridos, oscuros: negros, grises, verdes. Mis animalitos melancólicos, sin salir de sus cofres. La próxima vez que hable contigo será en la presentación de alguno de mis libros. Hablaremos también de la reproducción genética que le da forma a la barbilla. Y del amor que tengo por los magos que me rodean. Por si me has olvidado, llevaré una blusa negra con estampados blancos en forma de caballos y presumiré no conocerte.
              Thanks for the excuse to cry.               I was looking "for" a reason "to cry" in public. Something he can't say and it agitate him. Can they fire me "for" that? An aceptable "reason."               Don't underestimate "the" importance of these escenes "of" research "and" reflection.                          Also "to" fool your self into                          Believing you are doing work                          If "I "survive "a" suicide                          Atempet will "I"                          Lose my job? "I" "dont" know. "You" should                          Read your contract. Aaron Kunin/ Del libro Cold Genius
Siempre hay un momento del año en que comienza a pasarme esto: dejo de dormir por un día, por dos días, por tres días; sustituyo mis horas de sueño por horas de trabajo, me involucro en doce proyectos, genero ideas. Cuatro días sin dormir. Comienzo a pensar en la posibilidad de tomar "algo" pero concluyo que si tomo "algo" entonces dormiré un día y al día siguiente necesitaré tomar "algo" otra vez. Prefiero no tomar "algo" para dormir y me arrastro al quinto día, ya pensando que todo es culpa tuya, que si hiciera el amor contigo yo dormiría como un bebé y que mis decisiones de vivir en la frontera son totalmente equivocadas pero, todo se soluciona escribiendo. Vengo aquí a descansar, hablo con amigos, recibo personas en la casa, doy consejos; el sexto día sin dormir me empujo a la cama, pienso en llamarte por teléfono, en que alguien puede tirar la puerta y entrar a asesinarme; en que Diva está dando muchas vueltas por el pasillo. Diva está
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Foto: Jorge Esquinca
No pude dormir. Anoche, en cuanto mi cuerpo tocaba el fondo del sueño me despertaba una voz llamándome. El ruido de las patas de Diva en el pasillo. Alguna mujer platicando en la calle, Abría los ojos sólo para percatarme que Diva no se había movido de su cama, no había nadie en la calle y -por supuesto- la voz que me llamaba no existía. Soñé a a mi madre llorando. Nunca he visto a mi madre llorar. ¿No es extraño? El lugar de donde yo nací no llora nunca. No sé cuándo mi madre decidió no llorar. Mientras escribo esto la olla con la reserva de avena granulada que traje de Los Angeles se desborda en la estufa, envuelta en llamas. Ah, mi destino, Apenas hace dos días yo estaba plagada de esperanzas. Dejé de frecuentar noticias, dejé de "enterarme" de las cosas. Comencé a vivir en un mundo más amplio, a ver la red de internet como algo positivo, a sostener decisiones para cambiar algunas cosas. Pero ayer no sé qué pasó. La esperanza se parece el miedo pensé. No me informo acerc
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Quito, Ecuador. Noviembre 2014. ¿Qué decir ante la alegría? ¿Qué hay fuera de nosotros? ¿Existe eso a lo que nos gusta llamar distancia? ¿Alguien dijo que hay partes de la galaxia donde las distancias se doblan y los mundos vuelven a tocarse? ¿Creemos todo a pie juntillas? Es decir ¿Creemos que afuera y adentro son realidades diferentes? ¿Que esto es aire? ¿Que esta superficie es una pantalla? ¿Que estas preguntas preguntan en lugar de expresar afirmaciones a través del estado interrogativo? ¿Y qué tal que allá afuera todo fuera tu mente? ¿Qué tal que ese niño con la garganta degollada es la manifestación de lo que somos? ¿Qué tal que en el momento justo de cada procreación residimos nosotros? ¿Que en cada nacimiento nacemos todos otra vez? ¿Que tal que cada vez que un recién nacido abre los ojos todos tenemos la experiencia de ver por primera vez? ¿y qué tal si cuando nace un niño que no hablará nunca y nace un bebé sin ojos, vuelve a nacer en nosotros la extrañeza de haber na
Pues si no quieren leer el Harriet Poetry Blog , yo les leo:
Un guevo de corteza que envuelve y cría una fruta.
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Foto: Jorge Esquinca. Calle Óregon, El Paso, TX Pues sí, ya llegamos. :)
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Bueno, que ha aparecido la conversación que llevamos Jen Hofer y yo en el blog de Poetry Foundation. Qué lindo hacer una conversación pública ¿no? Como las cartas que hemos escrito Rodrigo Flores y yo que, espero, algún día, cuando seamos abuelitos, salgan a la luz. O "Intervenir" un libro escrito por Rodrigo y yo en el 2009, a ver si ahora sí este año se ve clara su "ap!arición". En fin, aquí les dejo el link a la conversación que tenemos Jen y yo, y que se pondrá mejor porque avanza y revela.  ¡Supremo! aquí  HARRIET THE BLOG OF THE POETRY FOUNDATION d.
¿No nos acompañaron al lanzamiento de Cielo Portátil el pasado 29 de enero? Bueno, pues ahora nosotros los acompañamos a ustedes. Este es el corto que nuestra amiga y colaboradora Cristal Castillo, realizó para el lanzamiento en el Stanlee & Gerald Rubin Center de la Universidad de Texas en El Paso (ahora este cielo se reproduce en cada click, seleccionen pantalla completa y dénle).
Un audio más de la presentación de Cielo Portátil, en El Paso, Texas. Para aquellos que no estuvieron en el original, este fragmento de copia.
No hagan mucho caso a este post, que lo escribo medio decepcionada con los rumbos del mundo. No es mi obsesión de detenerme en las guerras -que no pasan tan lejos como algunos creemos: vivimos en un país en guerra- o a mi sensibilidad ante una frontera donde ya no importa lo duro, sino lo tupido (literalmente), cuando por encima aparecen dos o tres muertos al día, pero por debajo sabemos que el río del exterminio continúa. No es por eso que me decepciona el rumbo del mundo. Pero no me hagan mucho caso. Estoy cansada, nada más. Y mis fieles lectores saben que a eso vengo aquí, al descanso. Los territorios de la guerra son así, lo que me decepciona un poco es pensar en los territorios que nos quedan y en lo que se han convertido. El otro día cenaba con una amiga millonaria, judía, sobreviviente del holocausto que me contaba cómo hacía para sobrevivir en medio de la guerra. Ella tendrá quizá noventa años. No sé por qué yo le caigo bien. Nos vimos en un club, de esos que promueven la exc
Tengo problemas con el presente. No es que el presente me ocasione problemas, es que tengo problemas para ubicarme en el presente. Cuando no me ubico en el presente mi vida comienza a estancarse (o por lo menos eso me parece, en realidad nada se estanca, todo está en movimiento siempre).  Me veo al espejo y empiezo a diferir con lo que se refleja. Quisiera ser otra mujer, más linda. En el presente soy muy linda, pero cuando no estoy en el presente no sé a ciencia cierta a dónde me voy, a qué momento. Todo se mueve, sí. Nada esta quieto. Eso me consuela frente al espejo. Puedo sentir cómo mis células se mueven, cómo la sangre se calienta en mis pómulos. Y recuerdo el brillo que había tenido en los ojos: ¡ahí está otra vez! ¡he vuelto! Todo se mueve sí, pero ese brillo no se construye solo. Hay que invitarlo, empeñarse en él. Visitarlo hasta donde vaya. El tiempo. Qué linda soy en el presente, sí. Vistiendo azul marino. Con el cabello y los ojos bien negros. Y ese brillo que comenzó no
Desde el Uruguay, tú ¿en qué andas? de mi queridísimo Agustín Lucas, junto al DJ Lev Yasin. ¡Extrañándote andamos, Uruguay!