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Mostrando entradas de septiembre, 2012
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Después de escribir Querida Fábrica , había decidido no escribir más poesía. Consideré que era mi último libro. Luego, junto a Rodrigo Flores, escribí Intervenir (un libro con edición limitada a 30 ejemplares que regalamos en una fiesta en el D.F.). Después de escribir Querida Fábrica tuve miedo. Me asustó estar acercándome a una especie de fascinación por los cuerpos muertos. Recorría cuerpos imaginarios con pasión por su inercia y por los interminables significados y símbolos que provoca la muerte. Hoy recibí un link a una colección de fotos de Fernando Brito , y el link era anunciado como "necropoética" . Si hubiera podido elegir una fotografía para ilustrar la portada de Querida Fábrica , hubiera sido una de Fernando Brito, sin duda.       Comencé escribiendo ese libro con la idea de un personaje enamorado de la fábrica, de la industria, de su lugar de trabajo y las situaciones a las que la vida laboral lo somete, en los recorridos de una rutina dentro de esas n
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ay,ayayay d.
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gracias, Pasajera. D.
Hay días así Hay días en que se me hunde el pensamiento, en que a pesar de tener acostado el cuerpo, quizá debido a la luz de la luna que entra por la ventana, me remuevo sin poder conciliar el sueño, tanteo los días vividos como si tanteara la manta, y me siento aturdido e incorpóreo como la luz de la luna ¿He vivido? ¿Es que en verdad he vivido? ¿Es que mediré los días vividos acostado, una noche en que ya no volveré a ver el sol? ¿Haré un balance? ¿He vivido? ¿Es que en verdad he vivido? ¿Es que la vida es una fiesta insustancial de palabras? Mi trabajo no es siquiera una teja para protegerme de la lluvia y no quedan rastros de la casa que construí con palabras. La vida es huir tanto de la soledad que uno se pisa la propia sombra vacía. ¿He vivido? Mu-San Baek
"Yo, Darvulia, Hechicera del bosque, que bajo la heráldica del lobo y el invierno fui madre de la tortura de escarcha, juro por la fijeza alfilereada del espejo, por ese reptil atónito entre fuego receloso, por la urraca sonora de los sótanos, por el felino de los patios embozados, por el secreto aljibe y su constelado cieno y por esas 650 mujeres de cuerpos áridos y deformes que graznan en mi soledad, juro esta vez, lastimada mía,  apartar la rapiña de tu insomnio sin linfa y el vino humano. Pues si recorto una paloma de oro sobre tu frente, si leo tu dicción de cardos, si descorro tu blindaje sedentario, el rincón lóbrego de tus ojos tiene otros postigos, tiene balanzas que despereza el azogue y habitaciones prematuras contra las sombras. Junto a la Virgen y la Cabra tu planeta es la Luna, recuerda a la orilla del otoño o su muelle de niebla, su oro empecinado en hacer la noche. Eres agua de corceles inacabados, eliges ciar y andas plomiza hacia el Este. Ama el verde deleznabl
"No sé por qué mientras observo cómo otros se hunden en el desfile de sus dolores, yo veo cada acto doliente como mi camino sagrado. La realidad de cada sufrimiento encierra una profunda luz, una luz para ser vista por muy pocos. Aquí está, por ejemplo, el sonido incesante que produce el motor del refrigerador; el hocico mordido de un animal salvaje que se rinde, el mosquitero de una puerta vieja que no protege a nadie. Y yo en el centro de todo ese esplendor. El animal se revuelca agonizando, desesperado y yo , sólo veo que muy pronto, sus ojos estarán detenidos y , mientras el refrigerador agita sus campanas afónicas, lo estamos despidiendo porque ha entrado a un universo que aquella puerta y yo deseamos, fervorosamente, conocer. pero, nuestra emoción es tan vieja y tan gris, tan desangrada, que no podemos revolcarnos, que no queremos nada, y que nada nos duele suficiente." Lorenzo Calleros
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ya se acerca la Luna del Desierto. el corazón de la Luna se encarga de mi sangre d.
"Pero yo, desde hace mucho tiempo, supe que todos los deseos son imposibles. Desde entonces la fascinación de sus orígenes me posee y los contemplo, como quien entra a un universo que no tocará nunca. Pero es el simple hecho de habitar los deseos, el sólo hecho de desear, el que me satisface con una satisfacción extravagante y absoluta. Así es que algunos piensan que me conformo sólo con desear. Y no, eso no es cierto. Porque ¿No es uno mismo, siempre, el creador de todo lo deseado?" Lorenzo Calleros . Bogota, 1949 (fragmento de la novela Transcurso ).
No sé si alguna vez he posteado uno de mis poemas favoritos, como está siempre en mi memoria, y en la memoria de todos mis libros olvido compartirlo. Lo escribió Sergio Valero, y aquí está: 8. Desierto Caminar bajo el sol siendo el primer vestigio de la sed: el último mártir de la arena: el punto medio de una lluvia inconclusa. Ser vuelo de los cactos. Oasis de la fe. Piedra del espejismo. 'Yo sé hablar del desierto.” Caminar hacia el sol siendo el primer vestigio de la lluvia: el último mártir de la sed: el punto medio de una arena inconclusa. Ser espejismo en vuelo. Cacto de todo oasis. Piedra de la fe. 'Del desierto sé todo.” Caminar en el sol siendo el primer vestigio de la arena: el último mártir de la lluvia: el punto medio de una sed inconclusa. La fe en vuelo. Espejismo de oasis. Cacto de piedra. 'Todo el desierto, todo.' Caminar bajo el sol siendo el primer vestigio del cacto: el último mártir de la fe: el punto medio de un espejismo inconcluso. Vuel
¿Han sentido esa calma a pesar de tener el "tiempo encima"? Pues ahora la siento, Viví un episodio dramático la semana pasada. No sólo porque me separé bruscamente de mi abismo y de mi Guru (alabados sean) sino porque un amigo desapareció. Otro. Lo que me había pasado con otros amigos, vecinos o conocidos era que aparecían muertos con distintivas huellas de violencia, ahí nomás en media calle. Algunos semidesnudos. Preferentemente las mujeres. Pero esta vez mi amigo sencillamente desapareció. Debido a que llevaba un par de años (mi amigo) sospechando de espionaje federal y esas boberías, sus sistemas de comunicación directa eran escasos. Así que mi drama surgió de este egoísmo que se abalanzó hacia mí como un volcán preguntando ¿pero dónde está? que aparezca, como sea. Vivo o muerto. Pensar que un amigo está capturado y, seguramente, es víctima de la tortura no es tranquilizador. Entonces decidí ¿y qué tal si dejó el país y no sabemos? Así me libré del drama. La realidad es
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No sé cuál sea la respuesta: ¿olvidar? ¿cómo? O de qué forma dejo de hacerme la pregunta. Tal vez eso sería lo mejor: eliminar la pregunta. Si dejo de hacerme la pregunta entonces dejo de angustiarme por no conocer la respuesta. Hay tantas cosas para las que no tengo respuesta. Pero por qué quiero saber esas cosas. ¿Alguien podrá descifrar, por ejemplo, el proceso mental que llevó a un escritor a estructurar una novela de tal o cual forma? ¿Alguien más puede hacer el mismo recorrido que ese escritor? ¿Por qué no me conformo sólo con disfrutar el resultado de una novela? Y una novela es lo de menos. Suceden en mí otro tipo de preguntas. Últimamente me pregunto si es que conozco suficiente a mis amigos. La respuesta a eso son otras preguntas ¿cuáles amigos? Cualquier certeza es decepcionante. No puede existir la certeza sin la decepción (aunque a uno le guste engañarse con la certeza de saber, y nos guste utilizar ese "saber" como un lindo juguete que nos entretiene unos
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